En la actualidad, existen muchos motivos que hacen que las personas pongan su desconfianza en la protección que nos dan las vacunas, causando un retroceso en la salud mundial, y haciendo de su carencia una amenaza, junto a la contaminación, el ébola y el SIDA.
Esto se ve plasmado en un informe anual, publicado este año por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef, que señala que las vacunaciones se están estancando en niveles peligrosos. Un ejemplo de ello es en 2018, cuando aproximadamente 19,4 millones de niños menores de un año no habían recibido las vacunas que deberían a su edad. «Esto significa que más de 1 de cada 10 niños no recibe la totalidad de vacunas que necesita», mencionó una representante de la OMS.
Añadieron también que anualmente podrían evitarse de 2 a 3 millones de muertes anuales; sin embargo, esto no sucede por distintos motivos. En el caso de los países de bajos recursos como Angola, Brasil, Etiopía, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán, Filipinas, República Democrática del Congo y Vietnam, la causa vendría a ser la poca cantidad de medicamentos que llegan a esa zona, dejando a muchos pueblos sin este beneficio.
Por otro lado, en países como Francia, Gabón, Togo, Rusia, Suiza y seguidos por la mayoría de Europa, las ideas «antivacunas», propagadas mayormente por redes sociales, dan falsa información apoyándose es una publicación de 1998, donde su autor, Andrew Wakefield, afirmaba que estas tenían alguna relación con el autismo, a pesar de que esto fue desmentido tiempo después.
X.V.C.
