La ayahuasca: la medicina milenaria del Amazonas

La famosa planta exótica es buscada por muchas personas para mejorar su salud y curar las adicciones.

Desde tiempos milenarios la ayahuasca es la planta sagrada de la amazonía, conocida científicamente como Banisteriopsis caapi. El nombre de esta planta en quechua significa ‘soga de los espíritus’ por su etimología aya (espíritu, muerto) y waska (soga, cuerda), ya que en la cosmovisión de los pueblos nativos el ayahuasca es la soga que permite que el espíritu salga del cuerpo sin que este muera.

En 2008, el gobierno peruano reconoció esta bebida como “uno de los pilares básicos de la identidad de los pueblos amazónicos”.

Las propiedades medicinales de la Ayahuasca no son sólo en el ámbito espiritual, sino también en lo físico, ya que sirve para curar desde la ansiedad y la depresión hasta el trastorno de estrés post traumático. Cada vez se hace más popular su consumo para rehabilitar personas con problemas de adicción a drogas, a los medicamentos y al alcohol.

Preparación de la Ayahuasca/Foto: Internet

 

El chamanismo y la Ayahuasca son un modo disciplinado de obtener curación, poder y crecimiento personal. Se parte de la premisa de que la Ayahuasca no se limita a trabajar en una única realidad, sino que actúa en un mundo mágico. En una dimensión en la cual se recibe ayuda: una realidad

llena de belleza y armonía. Solo debemos mantener nuestra mente libre de prejuicios.

Esta dimensión mágica-religiosa funciona desde una perspectiva que lo irracional es lo racional y lo invisible se hace visible.

Existen requisitos previos antes de su ingestión como la preparación mental, física, emocional y espiritual. La dieta es indispensable ya que se debe permanecer en ayuno al menos 24 horas antes de la ceremonia, es importante que el estómago esté libre de comida pues los vómitos son frecuentes. No se debe consumir licor, drogas, picantes, ni tener sexo con un mínimo de siete días de antelación a la ceremonia.

Al beber Ayahuasca ocurre “como si se entrara en un sueño, salvo que en este caso uno no duerme y puede interactuar con lo que le está sucediendo. Puede movilizar su capacidad e ir buscado los problemas que le afectan en su vida”, comentó un ama de casa. Esto ocurre ya que la glándula pineal segrega de forma natural pequeñas cantidades de DMT, pero al consumir ayahuasca aumentan sus niveles en el cerebro y se genera un estado alterado o ampliado de conciencia, que favorece la percepción de visiones; algo similar a lo que se experimenta en la fase de sueño REM, pero en estado de vigilia.

L. Q. B.