Investigadores descubren nueva vía para eliminar el acné

Nuestro microbioma está formado por los microorganismos que viven dentro y fuera de nuestro cuerpo.

Un equipo internacional de investigadores liderado por Marc Güell, de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, Marta Sanvicente, Guillermo Nevot y Nastassia Knödlseder, han probado una nueva aproximación que consiste en la manipulación del microbioma para lograr una potencial estrategia terapéutica contra el acné sin afectar a su equilibrio. 

Esta comunidad microbiana compleja reside principalmente en la piel, en la mucosa oral y en los tractos gastrointestinales, es diferente en cada uno de nosotros y vivimos en simbiosis con ella. Concretamente, el microbioma de la piel está formado por múltiples organismos como bacterias, virus y hongos.

Por ende, el uso de tratamientos antibióticos no es óptimo, ya que suelen matar a las distintas cepas de C. acnes e incluso a otras bacterias de la piel, y se altera el equilibrio de la misma, por lo cual, la nueva estrategia se ha basado en uno de los organismos que se encuentran en el microbioma de la piel, los bacteriófagos, estos son virus que infectan a las bacterias y que pueden contribuir a su regulación. 

Marc Güell, coordinador del estudio, explica, “En nuestro estudio demostramos que, mediante la terapia con bacteriófagos, es posible modular la composición de las cepas de C. acnes a lo largo del tiempo. Podemos reducir las cepas asociadas con acné sin afectar a las que tienen características beneficiosas”. Para atacar a estas cepas específicamente mediante los bacteriófagos los científicos se basaron en un mecanismo que tienen las bacterias para prevenir infecciones, donde estas introducen modificaciones en su ADN que les permiten diferenciar el material genético propio del ajeno.

Para finalizar Marc Güell concluye, “Este trabajo nos puede ayudar a modular de manera más eficiente el microbioma, tanto para eliminar cepas no deseadas como para facilitar la introducción de nuevas bacterias terapéuticas”. En la investigación también han participado científicos de la empresa S-Biomedic y la Universidad de Lund en Suecia.

Y.A.E.LL