A través de un comunicado oficial, las Fuerzas Aéreas de EE.UU. determinaron que la tripulación de un avión de transporte militar Boeing C-17 actuó de la manera correcta al despegar el pasado 16 de agosto del aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul (Afagnistán) a pesar de las decenas de civiles que se abalanzaban sobre la pista. Tras la evacuación y el aterrizaje de la aeronave en la base aérea de Al Udeid en Catar, se reportaron restos humanos en el hueco de la rueda del avión.
El pasado lunes, Ann Stefanek, portavoz de las Fuerzas Aéreas, comunicó que el servicio encontró que la “tripulación aérea había actuado apropiadamente y ejercido un buen juicio en su decisión de despegar tan rápido como fuera posible cuando se enfrentó a una situación de seguridad sin precedentes y en rápido deterioro” durante su retirada del país por la tome de poder en Afganistán por el movimiento talibán.
Cabe recordar que, tras el hecho, la Oficina de Investigaciones Especiales (OSI) aseveró que revisaría los videos del relacionados del incidente. En algunos de ellos se puede observar como en un primer momento las personas de la zona se aferraban al avión en movimiento para luego caer en la pista mientras despegaba del lugar.
Por otro lado, se informó que otras oficinas militares decidieron llevar a cabo sus propias investigaciones, entre las cuales se encuentras las oficinas de los jueces defensores del personal dentro del Mando de Movilidad Aérea, así como el Mando Central estadounidense. Ambos sectores “emitieron dictámenes coincidentes en el sentido de que la tripulación aérea cumplía con las normas aplicables específicas para afrontar el suceso y con el derecho general de los conflictos armados”, señaló Stefanek.
Además de ello, aseveró que las fuerzas del orden de Catar no realizaron su propia línea de investigación. Asimismo, los miembros de la tripulación involucrada se reincorporaron al trabajo tras recibir asistencia para “ayudar a superar cualquier trauma a raíz de esta experiencia sin precedentes”.
