Etiopía anunció este jueves que va a expulsar a siete funcionarios de la ONU a los que acusa de “interferir en los asuntos internos del país”, al tiempo que aumentan las presiones sobre el gobierno por el bloqueo de la región del Tigray.

Una declaración del ministerio de Relaciones Exteriores dijo que los funcionarios deberán dejar Etiopía en 72 horas. La declaración no dio detalles sobre la supuesta interferencia.

Los funcionarios son cinco representantes de la agencia humanitaria de la ONU, uno de la oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas y el representante de la UNICEF en el país.

El jefe de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas, Martin Griffiths, dijo esta semana a Associated Press que la crisis en Etiopía es “una mancha en nuestra consciencia”, con niños y otras personas muriendo de hambre en la región de Tigray, bajo lo que la ONU llama un bloqueo de facto del gobierno a los suministros de alimentos, medicamentos y combustible.

Fue una de las críticas más fuertes a la peor crisis de hambruna en el mundo en una década luego de casi un año de guerra en el país.

Griffiths dijo que los recuerdos de la hambruna de la década de 1980 en Etiopía, que mató a 1 millón de personas y cuyas imágenes estremecieron al mundo, siguen vívidos en su mente. “Esperamos fervientemente que no esté sucediendo en el presente”, agregó.

Entre los funcionarios de la ONU declarados personas non gratas por el gobierno de Etiopía están el vicecoordinador de ayuda humanitaria en el país, Grant Leaity, y la representante de la UNICEF Adele Khodr.

El gobierno etíope ha acusado a los trabajadores humanitarios de apoyar a las fuerzas de Tigray que han estado luchado contra sus soldados y fuerzas aliadas desde noviembre, algo que los trabajadores negaron.

M.A.N.