El Perú realizó en ONU un llamado urgente a las partes involucradas para lograr un alto al fuego en Medio Oriente

Intervención del Representante Permanente del Perú ante las Naciones Unidas, embajador Víctor García Toma, en el debate trimestral del Consejo de Seguridad sobre Medio Oriente, incluida la cuestión de Palestina

Por Víctor García Toma

Representante Permanente del Perú ante las Naciones Unidas

Inicio mi intervención, en momentos álgidos para los que creen en la paz, saludando la pertinencia de la convocatoria a este debate trimestral, destacando, además, la manera eficiente y ponderada de la representación del Brasil, en la conducción del Consejo de Seguridad; impulsando  la búsqueda de la solución a la grave situación creada en la Franja de Gaza.

El Perú se une a la preocupación internacional manifestada ante la escalada de intensa violencia, desatada a raíz de los actos terroristas contra Israel, llevados a cabo por Hamás el 7 de octubre.

El Perú de conformidad con la propia experiencia vivida en el pasado y conforme a los principios de la Carta que nos agrupa, ratifica de manera tajante, su rechazo al terrorismo en todas sus manifestaciones provenga de donde provenga.

Por ende, hace un llamado urgente a las partes involucradas para lograr un alto al fuego de manera cabal e inmediata.

Expresa su más profunda indignación, rechazo y condena al ataque efectuado contra el Hospital Al-Ahli Arab, en Gaza, el 17 de los corrientes, el mismo que ha ocasionado centenares de muertos y heridos.

Condena con firmeza el lanzamiento de cohetes a Israel desde la Franja de Gaza; así como los bombardeos aéreos y terrestres por parte de Israel como respuesta.

El derecho a la autodefensa debe darse en el marco del respeto al derecho internacional humanitario, tomando en consideración los principios de distinción y proporcionalidad. Ello, a efectos de que la población civil no se vea afectada en modo alguno.

En esta línea no debe soslayarse el respeto a los compromisos asumidos en la Carta de las Naciones Unidas.

Todo acto que fomente la radicalización y conduzca a un acrecentamiento de la violencia, no puede ni debe ser alentado por la comunidad internacional. Dicha conducta sería inaceptable en el caso de los Estados miembros de esta Organización.

Por lo expuesto, el Perú se suma al pedido del secretario general para que Hamás libere de forma inmediata y sin condiciones a los rehenes bajo su dominio; y para que Israel facilite el acceso rápido y sin obstáculos de la ayuda humanitaria, sobre la base del establecimiento de un corredor que brinde todas las garantías a la población civil afectada.

El Perú lamenta profundamente que los valiosos esfuerzos desplegados por la presidencia a cargo de Brasil, para que se adoptase una resolución que instara al cese de hostilidades, no haya tenido el resultado esperado, por el uso del veto de uno de los miembros permanentes.

Consideramos que el texto de dicha resolución, reflejaba un contundente mensaje de la voluntad política multilateral para reafirmar los principios y compromisos asumidos para el fomento y mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, y el llamado a las partes para respetar y cumplir con las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad sobre la Cuestión de Palestina.

Señor presidente,

El Perú, en 1947, fue miembro y vicepresidente de la Comisión Especial sobre Palestina, que propuso la creación de dos Estados: Palestina e Israel.

Coherente, incondicionadamente, con esa posición histórica, respalda la ejecución plena de la resolución 2334 (2016) del Consejo de Seguridad, que demanda que se detenga toda actividad de asentamiento y se establezcan los elementos para una solución justa y duradera para que puedan convivir los dos estados, dentro de fronteras seguras, sobre la base de las líneas fronterizas de 1967, conforme a las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas.

Concluyo transmitiendo nuestras más sentidas condolencias y sentimientos de solidaridad del pueblo peruano hacia las familias de los afectados en este lamentable conflicto, sin distinción de nacionalidad o credo.

Que quede claro, las víctimas de la violencia son también nuestras víctimas.