El Congreso de la República: «Solo en su soledad»

Resumiendo. Lo que el presidente de la república Martín Vizcarra nos dijo anoche, y lo dijo sin escatimar adjetivos o sindicaciones, y con todas sus letras- fue: Señores congresistas, dejen de proteger a corruptos. ¿Eso no los hace corruptos también? Seamos sinceros ahí, y tan solo por aquella frase extraida de la alocución presidencial, la verdad, es que las bancadas del Apra y el fujimorismo han tenido la participación más descarada y vergonzosa de toda la historia reciente del parlamento peruano, me refiero al blindaje al ex fiscal de la nación Pedro Chávarry.

La cuestión de confianza que planteó el jefe de Estado, la cual será presentada por el Primer Ministro Salvador del Solar, es quiérase o no, calculo o no de Vizcarra frente a su caída en los niveles de aceptación, un claro reflejo del sentir ciudadano. Sea para el aplauso o no, Vizcarra ha dejado en capilla a apristas y fujimoristas, a quienes ha lanzado la pelota a su propia cancha para que decidan: o dejan trabajar o se van a sus casas. Se trata de políticas de Estado, no simples caprichos.

De mantenerese en sus trece los apristas y keikistas contra la reforma política, y continuar protegiendo a Chávarry, el mandatario está en la facultad de cerrar el Congreso. Como lo ha explicado el expresidente del Tribunal Constitucional, Óscar Urviola, sería el segundo rechazo al Gobierno, el primero fue ante el premier Fernando Zavala. Es decir, el gobierno de Vizcarra es la continuación de la administración gubernamental de PPK, y aquí no habrán ¨interpretaciones auténticas que valgan¨

Si se llega a ese desenlace, en lapso forzoso de cuatro meses se convocaría a elecciones para designar a un nuevo Parlamento hasta el 2021, con lo cual no podrían postular quienes hoy ostentan una curul en el Legislativo. ¿Conviene? A ellos, no creo. Con tantos anticuchos sobre sus hombros, nadie va a querer perder la inmunidad parlamentaria, sino se verían con la Fiscalía, y la verdad existe un sector en el Ministerio Público que les tienen hambre hace ya tiempo.

Lamentablemente, tal como manda la ley, la Comisión Permanente del Congreso, la misma que blindó a Pedro Chávarry con el voto cambiado del aprista Mauricio Mulder, quedaría en funciones. Tendríamos que seguir soportando a Bartra, Becerril, Letona, Takayama, Vilcatoma, entre otros responsables de la crisis política que atraviesa el país, en el periodo de transición.

A nadie conviene un cierre del Congreso. Se caería lo poco avanzado sobre la lucha contra la corrupción, los cambios en la elección de jueces y fiscales con la Junta Nacional de Justicia, así como las modificaciones en la reforma política. Si todavía cabe la reflexión, queda en manos de la mayoría de Fuerza Popular y sus esbirros apristas experimentar otra actitud. El Congreso se ha quedado solo.

José Briceño Abanto.