Donayre y el toque de queda, por Fabrizio Oviedo

El general en retiro y congresista Edwin Donayre, famoso, entre otras cosas, por sus participaciones anuales en las paradas militares como comentarista en canales de televisión y por sus discursos autoritarios en el parlamento, ha propuesto sorpresivamente una ley que impida a los adolescentes menores de 17 años a estar en las calles luego de las 10 de la noche, y lo ha reafirmado hoy frente a la prensa.

Según Donayre, lo único que responde a que un menor de 17 años se encuentre en las calles hasta altas horas de la noche es que esté realizando algún acto vandálico o que simplemente este con su “pandilla fumando su troncho” (citando a PPK). Lo cierto es que el exmilitar ha encendido la polémica tras esta iniciativa, y esto hace recordar a los nefastos años ochenta, donde por aquellos años, el Perú dependía prácticamente de las decisiones que tomase el genocida Abimael Guzmán.

Mi padre alguna vez me contó que, en el 86, pasada las 10 de la noche, Lima era un total silencio, las calles dormían literalmente, si alguien osaba a salir de casa, simplemente era tomado por las fuerzas del orden y llevado a una carceleta para pasar la noche, y todo esto a consecuencia de las cobardes acciones que cometía Sendero; cochesbombas, explosiones de torres de luz, atentados en diferentes puntos de la capital, etc.

Fuera de lo que tuvo que soportar nuestro país, la responsabilidad del estado de velar por nuestra seguridad no pasa por autorizar las decisiones de las personas ni por limitar el acceso del libre tránsito. Si a esto pretende llegar el señor Donayre para terminar con la delincuencia juvenil, habrá que mostrarle otras salidas.

La educación es una de ellas, el fomento del deporte como calidad de vida, las expresiones de arte, cultura y otras actividades por las cuales la juventud tenga un alto interés y se vea familiarizado, evitaría que las calles sean tierra de nadie y que la criminalidad disminuya considerablemente.

Pero esperemos que esto sea un impulso más de autoritarismo por parte de Donayre, y que no pase de eso.

Fabrizio Oviedo