Diego Maradona: El masajista personal del argentino recordó los mejores momentos que vivió con el campeón mundial

DIego Maradona cumplio un año de fallecimiento el 25 de noviembre. (Foto: AFA)
A unas semanas de su fallecimiento, todos siguen recordando al fallecido “As del futbol” y últimamente están saliendo a la luz unas declaraciones de una persona muy cercana a su círculo social: su masajista personal.

Se trata de Salvatore Carmando, hombre que acompañó al ‘Pelusa’ entre 1984 y 1991. Ambos se conocieron en Napoli, cuando el ‘Diez’ firmó contrato por el club de la Serie A. La relación entre ambos fue tan cercana y de tanta confianza que el crack se lo llevó al Mundial México 86, el torneo que ganó con la selección.

En un diálogo que publica el portal de Infobae, el masajista de 78 años repasó los mejores momentos que vivió al lado de Maradona. Desde el primer contacto en el vestuario de los napolitanos, pasando por anécdotas con la entidad sureña, la Albiceleste y la última comunicación que tuvieron en vida.

“Nos hicimos amigos casi de inmediato. Fue en el primer día de concentración en la Toscana. Se acercó a la camilla, se quedó un rato viéndome trabajar y me dijo: ‘Serás mi único masajista’. No se dejó tocar por los demás. Para acostarse en la camilla esperó a que todos sus compañeros salieran del vestuario. Nos quedamos allí, solos y por horas. Así nació una relación personal, además de profesional, recordó ‘Sasá’, como le decía de cariño Diego.

Enseguida, el amigo del campeón del mundo describió cómo es que el ex Boca Juniors revolucionó la ciudad. A Diego lo tengo en mi corazón, nunca lo voy a olvidar. Con él viví siete años fabulosos. ¿Cómo se puede olvidar todo lo que hizo por Nápoles? Le regaló la felicidad a muchísimas personas y a un pueblo entero que estaba golpeado. Llegó Maradona y todo cambió.

Carmando acompaña a Diego al final de un partido del Napoli. (Foto: Facebook)

Entonces, desde aquella relación, Maradona sorprendió a Carmando y le pidió que le acompañe a la Copa del Mundo de 1986. De aquella cita, además de que la pasó mal porque “llevaba diez días con diarrea”, accedió al pedido del ‘10′ y se quedó hasta el final. Entonces, la recompensa fue la mejor posible.

Observé su gol contra Inglaterra por los cuartos de final en un costado de la cancha, porque no me dejaron estar en el banco de suplentes argentino. Pero esa fue mi suerte. De hecho, Diego vino a celebrar justo debajo de la tribuna de enfrente, donde yo estaba. Entendí de inmediato que había visto la hazaña más hermosa de la historia. Nos abrazamos y lloramos juntos, expresó.

M.B.T.H