¿Cuál es la historia de Papá Noel?

En este anuncio de 1885, una versión anterior de Santa Claus entrega jabón de marfil para Navidad. Colección de publicidad de jabón de marfil 1883-1998, Proctor & Gamble Company, Centro de archivos, Museo Nacional de Historia Estadounidense.

Papa Noel, San Nicolás o Santa Claus, no nació ni en Noruega, ni en Rusia, menos aún en el Polo Norte, sino en Turquía. Fue obispo de Mira y participó en el Concilio de Nicea durante el siglo IV. Con respecto a la entrega de regalos, se tejen una larga lista de historias, alguna de ellas, cuenta que regalaba oro por las chimeneas y otras, que lo repartía poniéndolas dentro de las medias colgadas en las casas de las personas pobres.

Su santo se celebraba el 6 de diciembre y en la oportunidad se solían obsequiar regalos en secreto. Esta costumbre persistió entre los holandeses que se instalaron en Manhattan. Les fue tan mal, que cambiaron esas parcelas por unas pocas pieles. Sus nuevos dueños, los ingleses, la llamaron New York, en honor al heredero de la corona y se quedaron con el nombre de Manhattan, con la costumbre de hacerles regalos a los niños el 6 de diciembre y homenajear a Sint Nicolaas, apodado Sinterklaas, que los americanos pronto llamaron Santa Claus.

La costumbre de entregar regalos a los niños tiene múltiples precedentes y variantes regionales. En la antigüedad, en Roma se celebraban fiestas a mediados de diciembre, en honor a Saturno (Cronos para los griegos), al final de las cuales los niños recibían obsequios de todos los mayores.

La apariencia física de Papá Noel

Vale agregar que el aspecto de San Nicolás era muy distinto al que se le atribuye hoy: tenía complexión delgada y era de gran estatura. Además, se cree que los norteamericanos también fueron quienes le dieron su actual aspecto.

En 1931, Coca Cola encargó al caricaturista Thomas Nast que dibujara un Papá Noel humanizado y cuya imagen fuera más cercana a las personas para su campaña navideña. Así surgió el Papá Noel vestido de rojo, con cinturón y botas negras que permanece hasta hoy en el imaginario popular. Esto consiguió que, además de ser un personaje entrañable de la Navidad, Santa Claus se convirtiera en casi una marca publicitaria, una garantía de éxito que las empresas podían utilizar para llamar la atención de los niños sobre sus productos.

La evolución de la festividad

Ya con el pasar de las décadas, esta festividad se tornó como una costumbre para aumentar el consumo de bienes y servicios en la época de fin de año. Se fortaleció después de los años 30’, mediante campañas publicitarias de las grandes marcas comerciales del momento, cuando se buscó reactivar la economía después de la gran depresión.