La Audiencia Nacional de España castigó con siete años y medio de prisión a Manuel Murillo, tirador ultraderechista, que en el 2018 planificó el asesinato de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España.
El tribunal condenó a Murillo a dos años y seis meses de prisión por homicidio en grado de proposición y a otros cinco años de cárcel por tenencia por depósito de armas y municiones. Ante la detención del 19 de septiembre del 2018, se incautó una decena de armas, entre ellas 13 reglamentadas y siete prohibidas, un puñal, artefacto explosivo casero, una impulsora neumática casera, una ballesta y munición.
Desde un principio, la Fiscalía pensaba castigar con 18 años y seis meses de prisión, pero luego lo bajaron.
“No podemos permitir que humillen al Generalísimo Francisco Franco ni a José Antonio Primo de Rivera. Es una venganza por haber perdido la guerra”, escribió en el servicio de mensajería instantánea. “No lo voy a consentir. Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se acercan disparo”, aseveró Murillo en un grupo de WhatsApp llamado Terrasa por España.
Al pasar los días, Murillo reflejó su intención de “cazar” a Sánchez y pidió apoyo para realizar este accionar, asegurando que tenía muchas armas: “Yo lo hago. Necesito ayuda y tienen que ser patriotas”, decía. También, se describía como un “francotirador” e indicaba que “con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que hunda a España”.
El Tribunal señaló que Murillo “fue interiorizando que la solución para producir un cambio en la situación política española pasaba por causar la muerte del presidente del Gobierno, para lo que se empeñó en requerir ayuda para llevarlo a cabo”.
En el juicio, el culpable señaló que lo dicho fue a causa del vino y el orujo.
