El pasado 6 de agosto, trabajadores del Centro de Rescate Pilpintuwasi, ubicado en Iquitos, se percataron que ‘Chibolo’, el tapir amazónico, no se encontraba dentro de su ambiente. Sin embargo, un día después, un trabajador encontró una charco de sangre en la zona del cementerio de la comunidad Manacamiri.
Se sospecha que la persona que invadió en el centro sería la misma que habría terminado con la vida del animal, quien era embajador de su especie y que a través de su historia mostraba que la lucha contra el tráfico ilegal de animales estaba dando sus frutos.
Rescate de “Chibolo”
Este tapir amazónico fue retirado de su hábitat cuando era pequeño, para formar parte de la exhibición del restaurante flotante Bufeo Colorado en Iquitos. Una situación que esta prohibida. A raíz de ello, Serfor decomisó a “Chibolo”, y le entregó la custodia al Centro de Rescate Pilpintuwasi, en el año 2015.
Este centro de rescate es uno de los pocos que se preocupa por reintroducir a los animales en hábitat, pero a los rescatados adultos se torna más complicado reintegrarlos a su hábitat, por ello este centro de rescate cuenta con espacios donde pueden vivir en libertad bajo la protección de los trabajadores del Pilpintuwasi.
“Lo que usualmente hacen con los tapires es usarlos como carne para consumo, esto es bastante común, lamentablemente, en la selva. Es grave que de un centro de rescate, roben a un animal con total impunidad”, expresa Heidi Paiva, fundadora de la Asociación de Defensa de los Animales “Proyecto Libertad”.
Cabe mencionar que la denuncia ya se realizó ante las autoridades, pero según el propio centro, las autoridades: Serfor, PNP y GORE, la ayuda no llegó de la manera esperada.
“La carne de tapir lo venden en restaurantes, a vista y paciencia de las autoridades. Vas a un restaurante en Iquitos y te ofrecen carne de tapir, de tortuga, de lagarto, que está prohibido, y las autoridades no hacen nada”, detalla Heide Paiva.
