Este miércoles 6 de marzo, el coronel general Mijaíl Mizíntsev, jefe del Centro Nacional de Gestión de la Defensa de Rusia, declaró acerca del asesinato de civiles en Bucha. “Debe ser investigado a fondo con la participación de las organizaciones internacionales de derechos humanos”, indicó el ministro de Defensa.
Mizíntsev calificó a esta matanza como “crimen inhumano y horrible del régimen de Kiev […] Además, la cínica provocación de los neonazis ucranianos con la muerte masiva de civiles en Bucha, llevada a cabo con el pleno apoyo del régimen de Kiev, es una prueba más de genocidio contra su propio pueblo”.
Durante una reunión, el coronel mencionó que el Ministerio de Defensa tiene “una base de pruebas” de que Ucrania está planeando un crimen igual que en Bucha. Ante esto, advirtió a Oriente que Rusia no caerá en las provocaciones si se da una nueva acusación sin fundamentos de las Fuerzas Armadas.
Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, indicó que los asesinatos en Bucha fue por una provocación que tenía como fin terminar las negociaciones entre Kiev y Moscú. Por otro lado, Vasili Nebenzia, representante de Rusia ante la ONU, responsabilizó a los radicales ucranianos de haber realizado la matanza, asegurando de tener pruebas.
Ante esta situación, el próximo jueves 7 de marzo se desarrollará una reunión donde, la Asamblea General de la ONU, votará sobre la suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos como consecuencia de la invasión a Ucrania.
