El proceso de transición de poder entre Jair Bolsonaro y Lula Da Silva da inicio luego de varios días de retraso por el bloqueo de carreteras, las cuales ya han sido despejadas, por bolsonaristas que, aún, no aceptan la victoria del izquierdista. El primer tema en foco para el Gobierno del mandatario es el combate contra el hambre que, de los 215 millones de habitantes, afecta a, aproximadamente, 33 millones de ellos.
No sería la primera vez que se enfrenta a esta problemática, ya que, en su ex mandato en 2003, creó y amplió de una manera exitosa numerosos programas sociales que ayudaron a salir de la pobreza a millones de ciudadanos brasileños y, por consecuencia, fue apodado “el padre de los pobres”.
Luego del despeje de los bloqueos de carreteras por simpatizantes del actual Gobierno de Bolsonaro, quienes estaban convencidos que hubo fraude en las elecciones por una campaña de descrédito a las urnas electrónicas, ambos grupos pudieron comenzar a trabajar en conjunto desde el jueves.
Geraldo Alckmin, vicepresidente electo y encomendado de Da Silva para liderar el traspaso, se reunió con su contraparte, Ciro Nogueira, ministro de la Casa Civil y seleccionado por Bolsonaro, en el Palacio de Planalto. Según Alckmin, la reunión fue bastante provechosa y, los trabajos empezarían el lunes en el Centro Cultural Banco do Brasil (CCBB).
