Aníbal Torres renunció a la presidencia del Consejo de Ministros en clara jugarreta para tumbarse al Congreso

Luego de que el Congreso rechazara de plano la cuestión de confianza interpuesta por el hasta ahora premier y pese a que el Tribunal Constitucional declarara infundada la demanda de inconstitucionalidad presentada por el gobierno contra la Ley 31399 que regula el proceso de referéndum, el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, renunció al cargo, con la clara intención de demostrar que como le rechazaron la cuestión de confianza, el Congreso utilizó la bala de plata fáctica, para que en una nueva censura a otro gabinete, el presidente tenga la potestad de cerrar el Congreso, por supuesto, injustificadamente y en forma anticonstitucional.

Torres, que más que trabajar por el país, se dedicó a enfrentarse a los poderes Legislativo y Judicial, además de realizar cortinas de humo, para tratar de ocultar la corrupción en algunas personas del Gobierno y de sus familiares y amigos y tratar de tapar las huelgas y los problemas nacionales -como la inflación y cero inversiones- renunció por motivos personales y anunció su regreso a las aulas universitarias.

Hay que tomar en cuenta que la citada renuncia no es irrevocable, por lo que el mandatario tiene la potestad de aceptarla o no, como ocurrió en meses anteriores, en que la dimisión fue rechazada.

Entre los personajes voceados para ser nombrados en el cargo, se encuentran Guillermo Bermejo, Dimitri Senmache y Alejandro Salas.