El estado de salud de los ríos intermitentes

Estudio ayudará a desarrollar mejores mecanismos de estudio y protección para este tipo de ríos temporales

Los resultados del estudio permitirán mejorar las herramientas actuales para detectar el impacto que tienen las actividades humanas en la calidad de las aguas de los ríos intermitentes. Foto: FunBio

A nivel mundial, más del 50% de la red fluvial está conformada por ríos temporales o intermitentes, es decir, aquellos ríos que durante ciertas épocas del año reducen su cauce hasta secarse o con algunas balsas aisladas.

Dichos ríos, debido a su variable naturaleza temporal y especial, dificulta muchas veces la capacidad para por estudiarlos debidamente ocasionando que no se pueda obtener datos demasiado precisos frente a su estado de salud, como si es el caso de los ríos permanentes.

En ese contexto, se ha liberado un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) que ha podido identificar nuevos indicadores biológicos, tales como insectos y otros invertebrados acuáticos, que ayudarán a evaluar el impacto de la actividad humana en la calidad de agua de los ríos intermitentes.

El estudio se titula «Drying niches of aquatic macroinvertebrates identify potential biomonitoring indicators in intermittent and ephemeral streams» y fue publicado recientemente en la revista académica Ecological Indicators.

El estudio, estuvo basado en datos provenientes de 33 ríos de Cataluña y analizó a los invertebrados acuáticos presentes en los ríos intermitentes clasificándolos según su resistencia a la duración y frecuencia de las fases secas. Estos resultados podrían permitir a los gestores, adecuar algunos de los índices usados actualmente que no están adaptados a este tipo de variabilidad en los ríos.

El trabajo, fue liderado por la catedrática Isabel Muñoz y contó con la participación de las investigadoras del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Biología de la UB Rebeca Arias-Real (primera autora del estudio) y Margarita Menéndez. También ha formado parte de la investigación Cayetano Gutiérrez-Cánovas, investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en España.

Mejores Herramientas de Estudio

Pese a la extensión e importancia de los ríos intermitentes, estos ecosistemas han sido excluidos de casi todos los programas de conservación y evaluación, porque es muy complicado establecer condiciones de referencia, debido a las diferentes fases acuáticas y secas por las que atraviesan.

«Las herramientas actuales de biomonitoreo están basadas en las especies que viven en los ríos permanentes y, por tanto, no son eficientes si las aplicamos, sin adaptaciones, a los ríos intermitentes», explica Isabel Muñoz.

Los organismos que estos ríos intermitentes albergan presentan adaptaciones que les permiten vivir en condiciones de cambio entre fases acuáticas y terrestres. Por lo tanto, el objetivo del estudio ha sido conocer qué especies pueden vivir en los ríos intermitentes, o en qué condiciones hidrológicas son capaces de hacerlo, para poder adaptar y modificar los índices actuales de evaluación del estado ecológico de los ríos.

«Con nuestro enfoque se podrían llegar a identificar taxones e indicadores que respondan a los impactos antrópicos y no al estrés de la fase seca o terrestre», explica Rebeca Arias-Real. «Es decir, que una especie no aparezca en un río intermitente no necesariamente quiere decir que sea por contaminación antrópica, quizá es porque esa especie no posee las adaptaciones necesarias para sobrevivir en estos ecosistemas tan fluctuantes».

En ese sentido, los investigadores lograron medir el número exacto de días que los ríos estaban «secos» o los momentos en que se secaban a lo largo de un año. «En los últimos años, el uso de sensores capaces de medir in situ la temperatura o el nivel del agua ha hecho que cada vez dispongamos de más aproximaciones cuantitativas que nos ayudan a entender mejor el efecto de la intermitencia del flujo en la biodiversidad», resalta Arias-Real.

A partir de estas variables y del estudio detallado de las características, la abundancia y la densidad de los invertebrados acuáticos en las diferentes fases hidrológicas; los investigadores lograron construir nichos hidrológicos de estos organismos, es decir, sus límites de resistencia a la desecación. A partir de los resultados obtenidos, se establecieron cuatro grupos diferentes de invertebrados: uno sensible a la desecación y tres con diferentes niveles de resistencia.

En ese sentido, las especies presentes en nichos resistentes a la fase seca podrían servir para desarrollar o adaptar los índices de biomonitoreo actuales y establecer las condiciones de referencia para los ríos intermitentes. Por otra parte, las especies presentes en nichos sensibles «deberían ser excluidas de los índices, puesto que su ausencia no se debe a impactos antrópicos si no a la imposibilidad de su presencia», apunta Arias-Real.

«Por ejemplo —continúa—identificamos taxones sensibles a la contaminación con tolerancia a la desecación parcial, como Lepidostoma; moderada, como Corduliidae; o alta, como Nemoura, que podrían servir como potenciales bioindicadores para los ríos intermitentes».

Es por ello que estos resultados abren la puerta a la implementación de esta metodología en otras regiones y a utilizarla con otras especies para poder mejorar la conservación de estos ecosistemas que se prevé aumenten en los próximos años.

«Debido al cambio climático (aumento de temperatura y descenso de precipitaciones), se espera que muchos ríos que ahora son permanentes se vuelvan intermitentes y que los ya intermitentes aumenten en frecuencia y duración sus fases secas», alerta Rebeca Arias-Real.

Finalmente, para Arias-Real, es muy importante que se siga trabajando en este tipo de investigaciones para que sea posible entender a mayor profundidad cómo la biodiversidad logra responder a los continuos ciclos de fases acuáticas y secas, y por ende, como estos cambios afectan a su funcionamiento para poder avanzar en la conservación de estos ecosistemas únicos.