Lisboa recuerda con constancia su pasado de gloria. En los viejos azulejos desteñidos de sus fachadas, paredes descascaradas por el tiempo y calles de piedra transitadas por viejos tranvías. Nadie busca en esta ciudad grandes lujos, ni tiendas europeas. La capital portuguesa gusta por la belleza de su imperfección y su aire bohemio.
Premios de la industria turística mundial, Lisboa resultó ser la Mejor Ciudad de Europa y el Mejor Puerto de Cruceros, siendo galardonada hasta el año pasado por segunda vez como Mejor Destino de Europa en los World Travel Awards (WTA).
En la desembocadura del río Tajo, Lisboa se recuesta sobre siete colinas al igual que Roma en España. La capital portuguesa fue rica, poderosa, dominante e incluso aventurera conquistando mares y tierras lejanas. Siendo una capital de un gran imperio en su época, lo perdió todo incluyendo sus desmedidas ambiciones en 1755, cuando un sismo, seguido de un tsunami acabó con el puerto y la zona del centro de la capital. Murió más de un tercio de la población, aproximadamente unos 90000 habitantes de 275000.
Pessoa y Saramago
El Terreiro de Paço también conocido como Plaça do Comércio es la plaza principal de la ciudad en donde se puede apreciar la vista excepcional del río Tajo. Allí se encuentran, distribuidos tras las arcadas, los ministerios y locales históricos con mesas al aire libre en las que vale la pena sentarse a tomar un café.
A la mesa
La cocina portuguesa tiene mucho para enseñar, sobre todo las maneras de comer bacalao. La costumbre empezó en 1353 después de un acuerdo de pesca de 50 años que permitía a los pescadores de Lisboa y Porto capturar bacalaos en la costa inglesa. La gran ventaja de este pez es que resistía estando salado hasta tres días antes de llegar a la mesa. Hoy en día se consume salado, seco o fresco y se puede encontrar en Noruega, Islandia y Rusia.
Pasión por los azulejos
Aquellos que se atrevan a caminar por el barrio de Alfama, le resultará imposible no enamorarse de la decoración de azulejos que imprimen de personalidad a cada casa, todo un placer único. Murales de azulejos surrealistas con el de Alfama Fox y grafitis muy creativos se pueden apreciar en este barrio.
W.S.S.