Arequipa: Comunidades de Caylloma emplean técnica de conservación de praderas y pastizales

Estos dos ecosistemas frágiles, son sustento para la crianza de camélidos y sirven como principal medio de vida de las comunidades de estas zonas. Sin embargo, se ven afectados por la degradación del suelo y la disminución del caudal del agua, volviéndose un desafío para los pobladores que dependen de estos para vivir.

Praderas y pastizales afrontan procesos de degradación ocasionados por el sobrepastoreo y la disminución del caudal del agua.

Comunidades de la provincia de Caylloma, en los Andes de Arequipa, se juntaron y establecieron una cadena productiva basada en la conservación de praderas y pastizales, con el objetivo de contrarrestar los procesos de degradación ocasionados por el sobrepastoreo y la disminución del caudal del agua.

Para conseguirlo iniciaron una técnica de restauración ecológica, sembrando pastos nativos como la chilligua, que ha permitido rescatar 10,000 hectáreas de pastos con los que ahora pueden dar de comer a sus camélidos y enfrentar los problemas con el suelo y la falta de forraje.

También emplean la técnica de la siembra y cosecha de agua en las pequeñas lagunas que se abren paso en la padrea. En estas, durante las temporadas lluviosas, almacenan agua para las temporadas secas. De esta manera garantizan alimentos y disminuyen la mortalidad de sus animales.

“El agua es todo para nosotros. La siembra y cosecha del agua nos está ayudando en las temporadas donde antes no teníamos agua”, afirma Marcelino Condori, integrante de la Asociación de Productores de Camélidos y Artesanos del Distrito de Tisco. Él encabeza esta iniciativa con ayuda técnica y financiera del Programa de Pequeñas Donaciones del GEF (PPD), que ejecuta el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con patrocinio del Ministerio del Ambiente.

Además, las familias alpaqueras cambian de hogar cada tres meses para eludir el sobrepastoreo. Así sus animales pastan al interior de los terrenos asignados por temporada, logrando que las otras áreas se regeneren para la próxima estación. Este procedimiento se llama pastoreo rotativo y es fundamental para comprenden la vida en la pradera.

La restauración permite, incluso, la recuperación de especies en peligro de extinción como las alpacas Suri de color, que son productoras de la fibra más valorada del mercado. Su pelaje logra alcanzar hasta los 20 centímetros, casi el doble de tamaño en comparación con sus familiares de raza Huacaya; aparte, sus colores naturales son una gran atracción para la industria textil.

Todo este proyecto se incorpora a los trabajos de lucha global por un futuro sostenible que este año se refuerza con el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas. La meta al 2030 es ponerle fin a la degradación y reunir esfuerzos para que los ecosistemas puedan seguir proporcionando los beneficios que la población necesita.

J.H.C.P.