Esta enfermedad tan común en nuestros tiempos, no se llega a notar en una persona solo por el hecho de estar triste o bajoneada, sino que va más allá. La depresión está catalogada como un trastorno mental que necesita tratamiento profesional y que, por tabú, ignorancia, o vergüenza, no es tomada enserio, siendo minimizada por la sociedad, que cree que asistir al psicólogo o psiquiatra es sinónimo de estar loco.
Según la Organización Mundial de Salud (OMS), esta enfermedad afecta mundialmente a 300 personas en el mundo, especialmente en los jóvenes, ya que empiezan la vida de adultos, que traería consigo más responsabilidades. Sin embargo, en otros grupos las causas que inician esto son principalmente los problemas de pareja, dinero y estrés laboral.
Para poder evitar la etapa final de la depresión, que muchas veces desemboca en un triste suicidio, es necesario perder la vergüenza, y aceptar que se necesita ayuda profesional. También comunicárselo a los familiares más cercanos, para que estén presentes en el proceso que le tocará vivir al paciente, que, aunque puede ser largo y difícil, vale la pena.
Cabe resaltar que la realidad en nuestro país es que de cada 20 personas que conviven con depresión, una hace el intento de suicidarse, y de cada 20 intentos, uno llega a consumarse. Esto convierte a este transtorno en un problema grave que hay que poner sobre la mesa y buscarle soluciones, ya que en la actualidad la salud pública en nuestro territorio es casi nula.
X.V.C.
