En el país existe la norma E.030 de diseño sismorresistente del Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE), lo cual establece que todas las construcciones deben ser hechas para soportar un sismo de 8 grados; sin embargo, si ocurriese un sismo con la misma magnitud de Turquía, incluso las estructuras diseñadas de manera correcta en las zonas urbanas no resistirían.
Miguel Estada, investigador del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid) brindió un ejemplo: ‘’el Congreso que no ha sido diseñado para soportar peso, tiene un techo con equipos de aire acondicionado. Puede ocurrir un sismo y esa carga puede afectar el comportamiento de la edificación. No se deben hacer modificaciones, sobre todo colocar más peso a una edificación’’.
Cabe resaltar que en la provincia capital del país se concentra un tercio de la población del país, es decir el 70% de las viviendas son informales, por lo que se convierte en estructuras vulnerables ante un sismo.
El presidente del Instituto Geofísico del Perú (IGP) menciona: ‘’Asumamos la responsabilidad de prepararnos para proteger nuestras vidas porque el sismo va a ocurrir en cualquier momento y lugar del país. Eso, repito, no podemos evitarlo. Es parte de la naturaleza.’’