Vuelven a reconstruir la historia de la caza comercial de la ballena azul

Estos cetáceos fueron las especies más perseguidas debido a su tamaño y eficiencia económica.

La última ballena azul que se pescó en el mundo fue capturada en 1979 por una empresa española. (Foto: Noticias de la Ciencia)

La ballena azul es el animal más grande de todos, no en vano, estos cetáceos fueron las especies más perseguidas debido a su tamaño y eficiencia económica cuando comenzó la caza moderna de ballenas a mediados del siglo XIX. A principios del siglo XX, las poblaciones de ballenas azules, que ya eran relativamente pequeñas, colapsaron en la mayoría de las zonas del océano Atlántico y la especie fue reemplazada por las ballenas de aleta como un objetivo comercial importante para los barcos balleneros.

Esta es parte de la conclusión de un estudio firmado por los expertos Àlex Aguilar y Assumpció Borrell, del Departamento de Biología y del Instituto de Investigación en Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona (UB). El libro resume la información existente sobre el cautiverio de ballenas azules en el siglo XX en el cinturón templado del Atlántico Norte, una región oceánica donde el cautiverio continuó hasta 1979 a pesar de la protección de la especie, iniciada en 1954.

El nuevo estudio analiza los documentos internos de la caza de ballenas (registros de embarcaciones pesqueras, documentos internos de la empresa, etc.) que ocurrieron en aguas templadas del Atlántico Norte entre 1921-1985. Esta información contrasta con los datos proporcionados por estudios científicos e informes de inspección pesquera de los años 1981-1987.

El jefe del grupo de Investigación Consolidado de Grandes Vertebrados Marinos de la UB, Alex Aguilar, explico que las estadísticas oficiales sobre las capturas de ballenas, hasta el momento son las únicas fuentes de información disponibles porque a menudo estaban falseadas y escondían cerca de la mitad de las capturas.

Además, cuando las primeras factorías modernas comenzaron a funcionar en la Península Ibérica en 1921, las ballenas azules eran una especie rara y la pesca se centraba en el rorcual común, una especie de ballena más pequeña pero más numerosa. “Pero esto no se detiene, cuando los limpiadores encuentran una ballena azul, también la cazan. Por ello, la última ballena azul que se pescó en el mundo fue capturada en 1979 por una empresa española, Industria Ballenera S. A., en aguas de Galicia”, dijo Aguilar.

De la explotación a gran escala a la captura sostenible

Durante el siglo XX, hubo dos períodos completamente diferentes de caza de ballenas en las costas atlánticas. Durante los años 20, en el apogeo de la expansión comercial en Noruega, la pesca era extensa, con muchos barcos y fábricas tanto en tierra como flotantes. El resultado es insostenible y conduce a una fuerte disminución de las poblaciones de ballenas azules.

Durante el segundo período, de 1940 a 1985, la pesca fue más moderada, con sólo molinos de tierra y un número modesto de arrastreros. Aunque la Comisión Ballenera Internacional (CBI) organizó la protección de la especie en 1954, España no era miembro en ese momento y la caza de ballenas azules continuó en el país hasta 1979.

En la actualidad las ballenas superan al millar de ejemplares en el Atlántico sur, mientras que en la vertiente oriental del Atlántico norte se dice que hay entre 4.000 y 5.000 ejemplares.

«El factor más determinante en la recuperación de la especie en el litoral peninsular ha sido la protección. La recuperación fue lenta al principio el número de ejemplares era muy reducido, pero en la última década y media el aumento poblacional de la ballena azul ya es visible, por ejemplo, en aguas de Galicia», subraya Aguilar.

Asimismo, la pesca ya no es un problema para la conservación de las ballenas. Las poblaciones que siguen atrapadas en Noruega, Japón, Islandia, Estados Unidos o Rusia se encuentran en niveles saludables y el número de pescadores está muy por debajo de las tasas de recuperación para los individuos.

Finalmente, muy aparte del aspecto económico, la caza comercial de ballenas ha dejado una profunda huella histórica y arquitectónica en muchos países. El estudio se titula “Unreported catches, impact of whaling and current status of bluewhales in the South European Atlantic Shelf“. Y se ha publicado en la revista académica Scientific Reports. (Fuente: UB)