El pasado sábado, el deportista identificado por su apellido Ou despegó desde una zona montañosa situada a más de 3.000 metros de altitud, entre las provincias chinas de Qinghai y Gansu. Aunque contaba con una licencia válida para la práctica del parapente, no presentó un plan de vuelo ni solicitó autorización para utilizar el espacio aéreo, lo que ha motivado una investigación por parte de las autoridades locales.
Durante el trayecto, una falla técnica le impidió controlar el parapente, y fue succionado por una nube tormentosa. Las corrientes térmicas lo elevaron de forma incontrolable hasta los 8.598 metros, enfrentando condiciones extremas de frío y escasez de oxígeno. A esa altitud, la temperatura puede descender hasta los -40 °C y los niveles de oxígeno son críticamente bajos.
A pesar del riesgo, Ou logró mantenerse consciente y grabó toda la experiencia con una cámara integrada en su equipo. Las imágenes muestran signos visibles de congelación en su rostro y manos. Aun así, logró estabilizar el parapente y aterrizar por sus propios medios.
Según expertos consultados por la prensa local, la supervivencia a esa altitud sin el equipamiento adecuado es extremadamente rara. El propio Ou afirmó haber experimentado síntomas de hipoxia y un entumecimiento severo en las extremidades, lo que pone en evidencia los peligros de practicar este deporte sin la preparación técnica necesaria.
Las autoridades aeronáuticas investigan posibles infracciones administrativas, debido a la omisión del plan de vuelo y la falta de autorización para operar en esa zona.
Especialistas en deportes extremos advierten que los vuelos de parapente en regiones montañosas requieren estrictos protocolos de seguridad. Entre las recomendaciones se incluyen el uso de trajes térmicos de alta montaña, sistemas de oxígeno portátil, comunicación permanente con estaciones terrestres y permisos oficiales para el uso del espacio aéreo.
El caso ha generado un amplio debate en redes sociales y medios locales sobre la seguridad y regulación del parapente en China. Mientras tanto, la historia de Ou ya es vista como una verdadera proeza de resistencia humana frente a condiciones extremas.