VENEZUELA Y EL JUEGO DE PODER GLOBAL

Por Renzo Chiri

La nueva crisis política venezolana desatada a raíz de las recientes elecciones generales, todo indica objeto de un grosero fraude electoral perpetrado por el régimen chavista, no está haciendo más que empezar. La misma está generando la preocupación y el seguimiento, tanto del vecindario latinoamericano como de diversos actores globales.
Por lo pronto, pese a las condenas de los países vecinos y las multitudinarias protestas ciudadanas en las calles de Venezuela, Rusia y China ya han reconocido la “victoria” de Maduro, lo que a su vez, ha empujado a los Estados Unidos a reconocer la victoria del candidato opositor, Edmundo Gonzalez.
Sabido es que tanto China como Rusia consideran a Venezuela como uno de sus principales socios estratégicos en la región: con China como el principal acreedor de Venezuela y Rusia como su principal proveedor de material militar. Por si fuera poco, Venezuela ya ha solicitado su ingreso formal al grupo de los BRICS+.
Por su parte, EE.UU. más allá de su retórica anti Maduro, mantiene un especial interés por el control del petróleo venezolano, del que paradojicamente es el principal comprador. Como puede apreciarse, desde la perspectiva de las potencias, aquí está en juego mucho más que la democracia y la transparencia de un proceso electoral. Queda claro entonces que cualquier solución política pactada a la crisis venezolana, tendrá que contar con la anuencia de los poderes globales, que buscarán resguardar lo mejor posible sus propios intereses en la tierra de Bolivar.