Una guerra nuclear no la gana nadie

Se espera que cumbres sean exitosas

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Ricardo Sánchez Serra*

El presidente ruso, Vladimir Putin, señaló que en una guerra nuclear no habrá ganadores. Esto concepto fue tomado unánimemente por las potencias, miembros permanentes, del Consejo de Seguridad.

Nadie debe dudar de esta verdad. Pero hay agentes con mentalidad bélica y que pretenden cercar a Rusia, con la intención de colocarle la Espada de Damocles.

A pesar de la implacable propaganda ucraniana, de la OTAN y de Estados Unidos, que intentan persuadir que Moscú es una amenaza no solo para Kiev, estoy convencido que es al revés.

Fronteras ensanchadas de la OTAN

Cuando la Unión Soviética se derrumbó, los países occidentales prometieron que la OTAN no se expandiría hacia las fronteras de Rusia. Ese pacto no lo cumplieron y colocaron sus misiles en Polonia y Rumanía e incorporaron a Hungría, República Checa, Bulgaria; e igualmente, a Eslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania y Eslovenia, etc. Ya la OTAN está integrada por 30 países. Ahora están tras Georgia y Ucrania. Y también contra otras ex repúblicas soviéticas del Cáucaso y Asia.

Rusia entonces exige garantías formales que la OTAN no se extienda, debido a que no deben traspasar las líneas rojas por ser una amenaza a su seguridad. Además, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, acusó a la OTAN de estar convirtiendo a Ucrania en “una plataforma militar contra Rusia”.

Esto fue conversado entre Putin y el mandatario de EE. UU. Joe Biden y se reiterará en la reunión de vicecancilleres ruso-estadounidense, Rusia-OTAN y Rusia- Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

Los rusos, reitero, solicitan “garantías jurídicas, legales, de la no expansión de la OTAN en el futuro”.

Derechos de las minorías violado por Ucrania

También es lógica la pregunta ¿Qué hacen más de cien mil soldados rusos en la frontera con Ucrania?

Si bien Moscú señala que son maniobras rutinarias, la sola presencia evitó que el régimen ucraniano desate un genocidio contras las minorías de origen ruso en Donbás y Luhansk, además que ha violado los Acuerdos de Minsk e impuesto una educación que no respeta el derecho de las minorías étnicas, hecho censurado, del mismo modo, por los europeos.

La doctrina del presidente Putin del “mundo ruso”, es decir, defender a los rusos en donde estén, deberá ser analizado en otro ensayo.

Kazajistán ¿azuzado?

Abro paréntesis. Las cumbres Occidente-Rusia ahora pretenden ser distraídas por los sucesos en Kazajistán -que debe ser motivo de un nuevo artículo- los cuales, en resumen, las protestas devienen por el incremento del gas licuado, debido a que el Gobierno quitó la subvención, duplicando el precio.

Dichas manifestaciones fueron aprovechadas e incrementada la violencia, por otros actores: a nivel interno la oposición al régimen y en el externo, la desestabilización del país por parte de los movimientos islamistas radicales y dudo que los Estados Unidos y la OTAN no hayan puesto más leña al fuego. Cierro paréntesis.

Hay que ver a Rusia de manera diferente

Por otra parte, reitero mi cuestionamiento de ¿por qué no se ve a Rusia como amigo? ¿Por qué se le minimiza y se le empuja a que se acerque a China?

Se olvida fácilmente que Rusia salvó a Europa de Napoleón y de los nazis, en la Segunda Guerra Mundial, con 27 millones de muertos civiles y militares.

En verdad, espero ver unidos -algún día- a Rusia y el resto de Europa y los EE. UU.

Al margen de consideraciones objetivas y para algunos subjetivas, expreso mis esperanzas de que las cumbres sean francas, con compromisos ineludibles y exitosas por la paz y seguridad del mundo.

*Analista en temas internacionales.

Publicado en el Portal La Abeja: UNA GUERRA NUCLEAR NO LA GANA NADIE – La Abeja