Alexander Lashkarava, de 37 años, estaba filmando imágenes de una protesta contra el desfile del orgullo LGBTQ+, planeado la semana pasada, cuando fue agredido por manifestantes homófobos. Lashkarava fue una de las docenas de periodistas heridos por la turba, que sufrieron fracturas faciales y conmociones cerebrales, según Reporteros sin Fronteras.
El domingo, Pirveli TV, la estación independiente para la que trabajaba Lashkarava, informó que había muerto en su casa la madrugada del domingo. Su familia cree que pudo haber sufrido un tromboembolismo debido a las heridas que le causó la turba.
Las autoridades de Georgia han anunciado una investigación sobre la muerte de Lashkarava, pero los colegas de Lashkarava dijeron que su muerte fue parte de un patrón de abuso contra los periodistas.
“El gobierno no solo fomenta la violencia contra los periodistas, es parte de la violencia”, dijo Nodar Meladze, editor de TV Pirveli.
Tras el anuncio de la muerte de Lashkarava, miles salieron a las calles de Tiflis para contrarrestar las acciones homófobas y pedir la dimisión del primer ministro Irakli Garibashvili.
“Lo que sucedió es una tragedia y envío mis condolencias a toda la comunidad de medios ya toda Georgia”, escribió la presidenta Salome Zourabichvili en Twitter. “Debe ser investigado y los responsables deben ser sancionados”, agregó.
Varios medios de comunicación emitieron un comunicado el lunes, criticando al primer ministro por haber pedido a los organizadores del evento que cancelaran la marcha del orgullo LGBTQ+, culpándolos de cualquier “posible complicación” que pudiera surgir de la situación.
El comunicado dijo que los agitadores «atacaron deliberadamente a los representantes de los medios, los sometieron a abusos físicos y verbales y destruyeron deliberadamente su equipo para obstruir sus actividades periodísticas».
«Fuerzas policiales insuficientes no tomaron medidas para proteger a los periodistas», indica el comunicado, agregando que los casos relacionados con la violación de los derechos de los periodistas habían «alcanzado un nivel crítico».
Reporteros sin Fronteras (RSF) dijo el miércoles que 53 periodistas fueron agredidos físicamente mientras cubrían las contramanifestaciones del lunes. RSF condenó en un comunicado “la pasividad culpable mostrada por las autoridades” y pidió “que todos los responsables de estos actos ilícitos sean sancionados”.
M.A.N