Un día como hoy en 1971 muere Louis Armstrong, músico y trompetista estadounidense de jazz a causa de un infarto al corazón.
Nacido en Nueva Orleans el 4 de agosto de 1901 en el seno de una familia muy pobre y en uno de los barrios marginales, la miseria se agudizó cuando su padre los abandonó. Louis pasaría su juventud en un difícil vecindario de las afueras de la ciudad.
En 1910, fue detenido por primera vez, encontrándose esporádicamente involucrado en asuntos delictivos. Desde muy chico y tras haber abandonado el estudio, trabajó para una familia de inmigrantes judíos lituanos, los Karnofsky, quienes aceptaron al niño como a uno más de la familia.
Su interés por la música surgió a partir de la escucha de las célebres bandas de Nueva Orleans, que desfilaban habitualmente por las avenidas de la ciudad. Su familia adoptiva fue la que hizo posible que se dedicara a la música y a no ser un muchacho problemático más de las calles. Su padre adoptivo fue el que le regaló su primera trompeta.
Louis Armstrong llevó el resto de su vida una estrella de David colgando de su cuello en honor a él e incluso hoy en día existe una organización sin fines de lucro llamada The Karnofsky Project que se encarga de proporcionar instrumentos musicales a niños sin posibilidades económicas.En 1914, tras su salida del reformatorio, trabajó como vendedor de carbón, repartidor de leche y estibador de barcos bananeros.
Empezó también a trabajar en los cabarés, donde estaban concentrados todos los locales nocturnos de la ciudad; allí conoce al cornetista Joe King Oliver, quien fue su mentor y casi una figura paternal para él. Su fama llegó rápidamente a oídos del mejor director de orquesta negro del momento, quien le ofreció un contrato para que se uniese a su banda, la Fletcher Henderson Orchestra, la principal banda afroamericana de la época. Debutó con ella el 29 de septiembre de 1924 en el Roseland Ballroom de Nueva York.
Tras decidirse a aprender a leer música, en sólo un año revolucionó el estilo y la forma de tocar de sus compañeros y grabó con las mejores cantantes de blues de la época, como Bessie Smith. En 1964, grabó el que sería su tema más vendido: «Hello, Dolly». La canción obtuvo el puesto número uno en las listas de Estados Unidos. También obtuvo por el disco un premio Grammy al Mejor Cantante masculino y fue nominado a Mejor Disco del año. En este álbum se encuentra, también, otro tema clásico de Armstrong, «Jeepers Creepers”, escrita por Bob Thiele y George David Weiss especialmente para Louis Armstrong y editada por primera vez como single a principios del otoño de 1967, tenía la intención de ser un antídoto al clima político y racial de la década de 1960.
Sin dudas ese tema traspasó las barreras del tiempo, y pese a que en el momento de su salida al mercado no superó las mil copias vendidas, 20 años después, en 1987, al ser incluida en la banda de sonido de «Good Morning, Vietnam», llegó a todo el mundo, siendo un éxito inmediato. Debido a problemas de salud, sus actuaciones se vieron reducidas hacia el final de su vida, aunque seguiría tocando hasta el día de su muerte.
Sufrió un ataque al corazón en 1959, del cual se pudo recuperar para seguir tocando. Pero un segundo ataque al corazón en 1971, le obligó a guardar reposo durante dos meses. Se reunió nuevamente a tocar con su grupo el 5 de julio de ese mismo año y, al día siguiente, en Corona, Queens (Nueva York) murió mientras dormía por complicaciones de su corazón, casi un mes antes de cumplir 70 años.