La Fuerza Aérea de Ucrania informó que, entre las 5:00 y las 7:00 de la mañana, Rusia lanzó un ataque que incluyó un misil balístico intercontinental, un misil hipersónico Kh-47M2 Kinzhal y siete misiles de crucero Kh-101.
A pesar de los esfuerzos de las defensas antiaéreas ucranianas, que lograron interceptar seis de los misiles de crucero, no pudieron detener el misil balístico ni el Kinzhal, considerados dos de las armas más sofisticadas del arsenal ruso.
El ataque causó daños en instalaciones industriales en la región de Dnipropetrovsk, pero no se reportaron víctimas en un primer momento.
Un misil balístico intercontinental (ICBM) es un arma de largo alcance capaz de llegar al espacio y liberar cabezas nucleares que regresan a la atmósfera para impactar sus objetivos. Su alcance mínimo es de 5,500 kilómetros, aunque algunos modelos superan los 9,000 kilómetros, según el Centro para el Control y la No Proliferación de Armas.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, condenó el uso de estas armas, afirmando que muestra el miedo de Vladimir Putin frente a la resistencia ucraniana. “Nuestro vecino ha demostrado nuevamente su desprecio por la dignidad, la libertad y la vida humana”, declaró Zelensky en un video difundido en Telegram, añadiendo que el misil balístico utilizado por Rusia tenía características avanzadas de velocidad y altitud.
Por su parte, Rusia evitó confirmar el uso del misil balístico intercontinental, mientras el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, aseguró que el Kremlin hace “máximos esfuerzos” para evitar un conflicto nuclear, a pesar de las tensiones generadas tras el uso de misiles de largo alcance en territorio ruso.
El conflicto en Ucrania, que ha alcanzado los 1,000 días, continúa siendo una de las crisis más graves del siglo XXI, con un impacto devastador en vidas humanas, infraestructura y estabilidad global. La comunidad internacional observa con creciente preocupación el uso de armamento avanzado y la intensificación de los ataques en ambos lados del conflicto.