El turrón de Doña Pepa es un famoso dulce peruano que se consume sobre todo en el mes de octubre, cuando coincide con la famosa procesión de la imagen del Señor de los Milagros por las calles de Lima.
Según la historia popular, el turrón fue inventado en el siglo XVIII por la esclava Josefa Marmanillo, quien era muy buena cocinera y vivía cerca de Cañete.
Y desde su invención el turrón sigue estando vigente. En 2013, alcanzó ventas en el extranjero por casi 100.000 dólares, según datos de la Asociación de Exportadores (ADEX). Sin embargo, el turrón de Doña Pepa se encuentra en la mira de los especialistas en salud ya que algunos de ellos son preparados con grasas trans, consideradas un veneno para el corazón.
Según un artículo publicado en julio de 2018 por el doctor Elmer Huerta, las grasas trans se inventaron en el siglo XIX al bombardear –saturar– un aceite vegetal líquido (de semilla de algodón, por ejemplo) con moléculas de hidrógeno, lo cual convierte el aceite en una grasa sólida.
¿Cómo saber si nuestro turrón contiene grasas trans?
Según el doctor Elmer Huerta: «Hasta el 17 de junio de 2019, fecha en que entre en vigencia el Manual de Advertencias firmado por el Minsa, no lo podemos saber a ciencia cierta y tenemos que confiar en la etiqueta del fabricante».
Huerta precisa que las grasas trans deben figurar en las etiquetas de los productos alimenticios con su mismo nombre o como “aceite vegetal parcialmente hidrogenado”.
«Cuando entre en vigencia el Manual de Advertencias de la Ley de Alimentación Saludable, si un producto contiene grasas trans, deberá llevar un octógono de advertencia que diga claramente ‘Contiene grasa trans’, y el público decidirá si lo compra o no», agregó.
En ese sentido, el especialista recomienda leer cada detalle de las etiquetas de los productos antes de comprarlos.
L. R. C.