Después de cinco años de desaceleración y una de recesión, América Latina debería registrar un modesto crecimiento económico de 1-1.5% este año, según los pronosticadores. La imagen varía de un país a otro.
El retorno al crecimiento en conjunto se debe principalmente a Brasil y Argentina, que están saliendo de recesiones. Además la economía de Venezuela está colapsando, por los problemas que tiene el país.
Asimismo, México, Chile, Colombia y Perú avanzan a un ritmo lento de 2-3%. Solamente en Centroamérica, República Dominicana y Bolivia están creciendo en un respetable 4% aproximadamente. Pero, es algo muy curioso debido que la economía mundial está creciendo de manera rápida. Estados Unidos y China, los mayores socios comerciales de la región, están creciendo de buena forma.
Los financieros miran de manera favorable a los gobiernos y empresas latinoamericanas, como ilustra el reciente lanzamiento argentino de un bono a 100 años.
Los precios de las materias primas cayeron de forma constante entre el 2010 y 2015. A medida que los ingresos de exportación se contrajeron, las monedas de la región se debilitaron, frenando las importaciones e impulsando la inflación.
La buena noticia es que en muchos países este ajuste externo transcurrió sin problemas y ha terminado en gran medida. El déficit por cuenta corriente de la región se redujo en 1.4 puntos porcentuales del PBI el año pasado (a 2.1%). La inflación está cayendo rápidamente, lo que permite a los bancos centrales recortar las tasas de interés. Eso ofrece la esperanza de una recuperación del crecimiento en el 2018.
N.V.D