“Siete rosas de hierro” de Zein Zorrilla revela nuestra reseña de cuenta

Dentro “siete rosas de hierro“, encontramos un deseo, un impulso, que empuja a sus protagonistas a buscar la felicidad, el futuro, frente a la marginación. Foto: : Lluvia Editores)

Han transcurrido dos décadas desde la publicación de “Siete rosas de hierro” de Zein Zorrilla, un conjunto de relatos que sustentan la terrible belleza de la realidad y su esperanza. El escritor compone historias donde el conflicto es inevitable, hasta para quien no lo busca. Y el primer choque es, por supuesto, cultural.

Pero hay más dimensiones que enriquecen estas narraciones, como la nostálgica y punzante diferencia entre el pasado y el presente, el principal motor del “Gran Hotel Embajadoras”.

Las promesas de vida y las posteriores desilusiones atraviesan, en algún momento, todas las ficciones del libro.

Encontramos el desamor de Lobo en “El harem de Tony Flags”, con ecos del Levin de “Ana Karenina”; la resignación de Candela en “Ladrones de caballos”; la decepción de Damián en “Una biografía de Napoleón”.

Todos retratados con el paisaje, la atmósfera, las violencias e injusticias de un Perú que no ha cambiado tanto desde 2003, cuando apareció por primera vez este libro. La maestría de Zorrilla con la prosa lleva a que sus cuentos no se queden en el pozo del fatalismo.

En “Siete rosas de hierro” también hay un deseo, impulso, que mueve a sus protagonistas a buscar la felicidad, el porvenir, contra la marginación, desidia e indiferencia. A pesar de lo perdido o lo negado, sus personajes apuestan por seguir viviendo, con sueños y convicciones.

Por último, Zein Zorrilla (Huancavelica, 1951) es un escritor peruano. Ha publicado “¡Oh generación!”, “Dos más por Charly”, “Carretera al Purgatorio”, “La sombra del padre. Vargas Llosa y su demonio mayor”, entre otros libros de ficción y ensayos.

Fuente: Leer por Gusto