Semana Santa: ¿Cómo surge la tradición de los huevos de Pascua?

Los huevos de Pascua son uno de los dulces más esperados por los pequeños durante el Domingo de Resurrección en Semana Santa.

La tradición de los huevos de Pascua se remonta a siglos atrás y aún permanece vigente en la actualidad debido a que la Pascua es uno de los momentos más importantes del año para el cristianismo.  

En el marco de la Semana Santa, los huevos de Pascua son uno de los dulces más esperados por los niños y niñas durante el Domingo de Resurrección. Asimismo, un relato infantil señala que el Conejo de Pascua, otro personaje característico de estas fechas, esconde los huevos de colores para que los pequeños tengan la misión de encontrarlos. En esta nota te contamos como surge esta tradición.

Los huevos de Pascua tienen una larga historia para la creencia cristiana como símbolo de fertilidad, el renacimiento de la naturaleza y del ser humano. La cáscara que queda vacía después de romperse el huevo es comparada con la tumba que quedó vacía tras la resurrección de Jesucristo. Así es que, se comenzó asociar a estos objetos con la figura de la resurrección después de la muerte, hacia la otra vida.

“Fue una tradición muy antigua en la Iglesia. Está presente en toda la Iglesia porque es un símbolo de la Resurrección, es por eso que cuando pensamos en ellos pensamos en el Domingo de Resurrección”, detalló Robert Phillips, seminarista del North American College, al medio Rome Reports.

Para las antiguas religiones paganas, el huevo era símbolo del significado de la vida y de la sacralidad de la tierra, según indicó la cadena Cope. También, se intercambiaban huevos en el antiguo Egipto y Persia para marcar el inicio de la primavera, cuando ‘renacía’ la naturaleza.

De esta manera, el cristianismo reconoció al huevo como un símbolo de Jesús y, según algunas teorías, los primeros cristianos de Mesopotamia solían pintar huevos en los días posteriores a la Pascua.

Por su parte, Henry Kelly, profesor de Estudios Medievales en la Universidad de California en Los Ángeles, declaró a la revista Time que, en la Edad Media, las personas hervían los huevos para prolongar su vida útil, debido a la abstinencia de productos animales durante la Cuaresma. Al llegar la Pascua, repartían los huevos sobrantes entre las personas pobres.

Los primeros registros de la búsqueda de huevos de Pascua entre los más pequeños datan del siglo XVII, cuando los alemanes de Pensilvania difundían el mito de un conejo de Pascua (Osterhase) que escondía huevos en la hierba para los niños.

Más tarde surgieron los huevos de chocolate. En el siglo XIX, se empezó a preparar huevos de Pascua de chocolate en países como Francia y Alemania donde se comenzó a hacer la versión dulce para comer y regalar en el Domingo de Pascua. Hoy, los padres tienen la tradición de esconder los huevos de Pascua en distintos ambientes de la casa para que los niños realicen la búsqueda de los huevos de chocolate o de plástico con golosinas dentro. El motivo principal es debido al gozo de la resurrección del Señor que es el dulce.