En los últimos 15 años la capital ha sido testigo de la expansión de colegios particulares de bajo costo. Esto se debe principalmente a la Ley de Promoción de la Inversión en la Educación (D.L. 882), aprobado en 1996 durante el gobierno fujimorista y que promueve la creación de colegios y universidades particulares con fines de lucro sin importar la calidad de la educación tal como lo había manifestado el excongresista Daniel Mora.
Como parte de la crisis educativa los padres de familia manejan la idea que un colegio privado ofrece mejores condiciones que un colegio público incrementando la demanda de estos colegios. Este problema se visualiza principalmente en los distritos más pobres de Lima. Así lo dio a conocer el estudio titulado Educación privada de “bajo coste” en el Perú: un enfoque desde la calidad, elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y Grade (de Perú).
“Sin embargo, hay centros con buena reputación en el barrio y otros con situación frágil y economía difícil. Estos no sobreviven a largo plazo”, señala una de las autoras, Clara Fontdevila, de la UAB.
El estudio también revela los principales distritos de Lima con mayor presencia de estos colegios siendo estos: Ancón, Pachacámac, Comas, Puente Piedra, Independencia, Ate, Villa El Salvador y Villa María del Triunfo y que representan casi o más de la mitad de toda la oferta educativa de Lima.
Así, según la investigación, en Puente Piedra y Villa María del Triunfo, el 60% de colegios de primaria son de bajo costo.
A esto hay que sumarle las características de estos colegios. Se trata de viviendas condicionadas, habitaciones que se acondicionan como aulas y pensiones que oscilan entre S/. 200 y S/. 500 de acuerdo a los testimonios de profesores que laboraron en esos colegios sin firmar contrato y recibiendo sus pagos fuera de fecha. Además muchos de éstos no contarían con las resoluciones de autorización que otorga las ugeles, siendo colegios sin valor oficial.
Parece que a pesar de los constantes pronunciamientos de los últimos gobiernos de turno con respecto a la “mejora” educativa como parte de la reforma educativa y la implementación de la Ley 29944, la realidad contradice lo dicho.
C.Q.R.
