San Juan de Miraflores: Mujer brutalmente atacada por su vecino exige garantías tras su liberación

Nemesia Pantoja fue atacada con un palo con clavos por su vecino en San Juan de Miraflores. Aunque el agresor fue detenido, quedó en libertad tras 48 horas. Hoy, la víctima vive con miedo y exige garantías para su vida.


Escena de ataque captada por camara de segurirdad de la zona SJM. Fuente de Imagen: La Republica.

Una escena de terror sacudió a los vecinos del asentamiento humano Villa Jardín, en San Juan de Miraflores, cuando Nemesia Pantoja, una comerciante dedicada a la venta de chifles, fue violentamente atacada por su vecino, Oscar Bellido, con un palo de madera lleno de clavos. El hecho ocurrió en plena vía pública, en medio de gritos desesperados de auxilio de testigos que no podían creer la brutalidad con la que actuaba el agresor.

El motivo del ataque fue, según los relatos, tan absurdo como alarmante: el proveedor de Nemesia había estacionado su vehículo frente a la vivienda del atacante. Este hecho desencadenó una furiosa reacción de Bellido, quien —según testigos— ya había mostrado comportamientos agresivos en otras ocasiones. El lunes 13 de mayo, sin mediar palabra, salió armado de su casa y golpeó a la mujer hasta dejarla inconsciente. También atacó al esposo de la víctima. «Lo único que hice fue defender a mi esposo, que estaba siendo golpeado. No entiendo cómo lo han dejado libre. Él me ha amenazado antes, y ahora temo que pueda matarnos», declaró Nemesia entre lágrimas, aún visiblemente afectada, con hematomas en el rostro y el cuerpo.

Impotencia e indignación por la liberación del agresor

El atacante fue detenido por la Policía Nacional del Perú y trasladado a la comisaría del sector, pero fue liberado a las 48 horas, en medio de una profunda indignación de la familia afectada y los vecinos del lugar. Pese a la evidencia del ataque —registrada incluso en videos grabados por testigos—, las autoridades alegaron que no se podía dictar prisión preventiva debido a «falta de flagrancia» y criterios técnicos.

La liberación de Bellido no solo ha causado malestar entre los ciudadanos, sino que también ha puesto en el ojo público la falta de protección real hacia las víctimas de violencia, especialmente en casos donde no hay una relación conyugal o familiar directa, como lo estipula la Ley N.º 30364. “Es inaceptable que alguien que golpea a una mujer con semejante saña regrese a vivir a escasos metros de su víctima. ¿Qué tiene que pasar para que las autoridades actúen? ¿Que me mate?”, cuestionó Nemesia con evidente desesperación.

Nemesia, madre de familia, se ganaba la vida vendiendo chifles en su vivienda junto a su esposo. El ataque no solo la ha dejado con secuelas físicas, sino que también ha paralizado su actividad comercial por miedo a salir de casa o a volver a ser atacada por su vecino. “Desde ese día no puedo dormir. Cada vez que escucho un ruido afuera, pienso que ha vuelto para hacerme daño”, afirmó. La familia ha pedido garantías personales al Ministerio del Interior, pero mientras la solicitud es evaluada, el agresor continúa libre, viviendo al lado de la víctima. “Mis hijos ya no quieren ir al colegio, tienen miedo de salir. Esto no puede quedar así”, agregó.

Reacciones y llamado a la acción

El caso ha sido derivado a la División de Investigación Criminal (Depincri), y según fuentes cercanas, podría ser reabierto si se considera el intento de feminicidio y lesiones graves con agravantes. Sin embargo, la lentitud en las investigaciones ha generado cuestionamientos sobre la real eficacia del sistema de justicia para prevenir actos de violencia recurrentes. Diversas organizaciones feministas han expresado su preocupación y están evaluando brindar apoyo legal a la víctima. “Este caso es un claro ejemplo de cómo la impunidad alimenta la violencia de género. No podemos normalizar estos hechos ni permitir que se repitan. Es el Estado quien debe garantizar que una mujer no viva atemorizada en su propio hogar”, señaló un representante del colectivo Ni Una Menos.

El caso de Nemesia no es aislado. En lo que va del año, ya se han registrado más de 25 denuncias por agresiones físicas entre vecinos en Lima Metropolitana, muchas de las cuales no terminan en sentencias ni medidas de protección efectivas. Mientras tanto, la familia Pantoja vive con el miedo de que la historia se repita. “Yo ya no tengo paz. Lo que quiero ahora es que me protejan, porque si algo me pasa, ya saben quién fue”, finalizó Nemesia con la voz quebrada, pero con la firme esperanza de que su caso no quede en el olvido.