Recibe el nombre de «sal de Maras» debido a su origen en el poblado de Maras, ubicado en el distrito de Maras, Provincia de Urubamba, en Cusco. La fuente de esta sal es un manantial, debido a su menor concentración de sodio en comparación con la sal marina, la sal de Maras se aconseja especialmente para personas con hipertensión. Además, posee propiedades cicatrizantes.
“Este producto, cuyo nombre proviene de la ciudad cusqueña donde es extraída esta sal, es beneficioso para las personas hipertensas porque estas deben reducir al mínimo el consumo de sal común que tiene alta concentración de cloruro de sodio”, explicó Elizabeth Ibañez, especialista en medicina complementaria de EsSalud.
Origen
Al final de la meseta del distrito de Maras se forman dos manantes cusqueños son el “Orcopucyu” (macho, en quechua) y Chinapucyu (“hembra”), fundamentales en la dualidad andina, ya que esta unión constituye la sobrevivencia humana. La leyenda más común hace referencia a Ayar Kachi (“sal”, en español), uno de los cuatro hermanos de la expedición que fue a fundar la ciudad del Cusco.
Este abrió la quebrada al lanzar una piedra. Los otros tres hermanos Ayar, que temieron ese poder sobrenatural, lo encerraron en una cueva y sus lágrimas emergieron en el Q’oripucyo o “manante de oro”. La otra leyenda hace referencia a un milagro entre San Francisco de Asís (patrón jurado de Maras) y San Damián. Ambos viajaban a Lares (Calca) y, en su paso, el segundo se quedó dormido y san Francisco aprovechó para derramar parte del agua que llevaban en unas vasijas. Desde entonces se cuenta que en Lares hay poca sal, porque se quedó en Maras.
El color rosado se debe a los minerales presentes en la sal, como magnesio, potasio y calcio. La sal de Maras tiene una coloración rosada muy tenue. La salinera la administra la comunidad de Maras, sin intervención de organizaciones externas. Toda la producción la realiza la empresa comunal Marasal, que se encarga de distribuir las ganancias de acuerdo al número de pozas de cada familia.
¿Cómo se forman la sal?
El agua del manantial se distribuye equitativamente a través de un sistema de canales. Las pozas se llenan hasta una altura de unos 5 cm. Luego se deja secar, y es así como se forman los cristales de sal. Cada poza produce entre 150 y 200 kilos de sal. La cosecha se realiza manualmente una vez al mes. La época más propicia es la temporada seca —de mayo a octubre—, ya que la sal sale más limpia: de color blanco o rosado. En época de lluvia —de diciembre a abril—, se enturbia y la sal resulta con manchas marrones, de tierra.
Turismo
Las impresionantes pozas de Las Salineras son una de las atracciones más populares entre los turistas que visitan Cusco. Según el presidente de Maras Sal, recibe aproximadamente 1,200 visitantes diarios, quienes pagan una tarifa de 10 soles por persona. Este atractivo con su recurso natural, la sal, forma parte de un circuito junto con Moray, el afamado centro de investigación de cultivos incas, la iglesia colonial San Francisco de Asís y sus espacios para el turismo de aventura. Los visitantes llegan aquí, en muchas ocasiones, para después conocer Machu Picchu.
633 familias
El presidente de Maras Sal, Edwin Pizarro, resalta la profunda conexión de las comunidades, ahora compuestas por 633 familias, con su legado ancestral. Destaca la preservación de conocimientos y técnicas tradicionales en el proceso y extracción de la sal rosada, lo que les ha permitido consolidarse como una empresa con derecho privado desde el 18 de enero. En el último año, se extrajeron 3.000 toneladas de sal de las 5.000 pozas presentes en la quebrada. La distribución de seis litros de agua por segundo, con un contenido de sal del 18%, supera significativamente la salinidad del agua de mar.