En la actualidad pasamos el día mirando pantallas: la de los celulares, la de las computadoras-personales y del trabajo- la del televisor, la del iPad, la de la caja de cobro automático, la de las máquinas de correr… La lista es más y más amplía y cada vez nos resulta más difícil medir el tiempo que le dedicamos.
La intrusión de las redes sociales en nuestra vida cotidiana tampoco ayuda. Pasamos promediamente más de dos horas en nuestras cuentas en las redes sociales y usamos el WhatsApp de manera constante. Asimismo, ocurre entre los más jóvenes. El tiempo que pasan los niños frente a la pantalla se ha acelerado y entre 2013 y 2017 se triplicó, de 15 a 50 minutos al día en promedio.
En un estudio que Orben y sus colegas de la Universidad de Oxford elaboraron para Unicef en 2017 —en el que investigaron a 120.000 jóvenes de 15 años en Reino Unido— encontraron que el aumento de las horas frente a la pantalla usando redes sociales y otras herramientas estaba vinculado a una mejora en el bienestar, «posiblemente porque refuerzan las amistades».
«Las tecnologías digitales parecen ser beneficiosas para las relaciones sociales de los niños (su bienestar mental y social), aunque el impacto en los niveles de actividad física es inconcluso». Remplazar las actividades vitales no es bueno para nuestra salud según estudios pasando las dos horas debemos dejar de lado el uso de la tecnología.
R.A.C.N