De película. En la ciudad de Krasnodar, al sur de Rusia, habitaba una pareja de esposos aparentemente estable, que habría estado secuestrando personas desde 1999, con la finalidad de comérselos.
En varias ocasiones, los vecinos se percataron de un olor inusual que provenía de la casa. Esto generó muchas disputas entre ellos, pero ninguno se animó a llamar a la policía para poner fin al problema.
El pasado mes, hubo un reporte de secuestro en una ciudad cercana a Krasnodar. Los agentes del orden iniciaron la investigación, pero no encontraron pistas que dieran con los sospechosos. Afortunadamente, un vecino reportó un comportamiento, más inusual de lo normal, por parte de la pareja.
Al realizar la indagación, los efectivos hallaron más de siete paquetes con restos humanos destrozados, cortados en pedazos y sin piel, dentro del refrigerador. Los responsables admitieron que habían matado a más de 30 aldeanos que desmembraron para comérselos.
Dentro de la casa, se localizó una habitación con 19 cuerpos en estado de descomposición, de jóvenes de entre 19 a 25 años de edad. En el celular del criminal se halló fotografías de cómo torturaban a las víctimas.
La policía indicó que, para realizar tales crímenes, los delincuentes usaban Corvalol, un sedante comúnmente usado en Rusia. Los pobladores lamentaron tal descubrimiento pues reconocieron que, si hubiesen informado sobre el olor, posiblemente se habría reducido el número de víctimas.
R.M.L