
El Gobierno de Dina Boluarte sigue enfrentando días complejos, marcados por evidentes deficiencias en la conducción ministerial y una impopularidad creciente. En medio de una crisis de credibilidad, tanto el Gabinete como la presidenta han sido objeto de escrutinio por su falta de respuestas contundentes frente al alza delictiva y la inestabilidad política.
En ese contexto, el congresista Fernando Rospigliosi (Fuerza Popular) enfatizó que “el Gobierno comete una cantidad enorme de errores persistentemente y la situación del Perú es muy inestable”. Además, cuestionó el reciente nombramiento del premier Gustavo Adrianzén, considerándolo “un nuevo error de Dina Boluarte”, lo que, a su juicio, empeorará el panorama político.
A pesar de ello, la presidenta ha mantenido al grueso de sus ministros, renovando solo parcialmente el Gabinete tras la frustrada gestión en seguridad y economía, según medios locales. No obstante, esta estrategia de continuidad ha sido criticada por no ofrecer soluciones estructurales a los principales problemas del país.
Por su parte, las recientes encuestas de opinión revelan una aprobación presidencial en torno al 2 %, e incluso se reporta cero respaldo en algunas regiones del norte. Esta cifra, sumada a la creciente crisis institucional y la alarma social por el ascenso de la criminalidad, coloca al Ejecutivo bajo una presión cada vez mayor, mientras voces como la de Rospigliosi piden correctivos urgentes.