Retroceso glaciar en Cusco: alertan que nevados Chicón y Chimboya desaparecerían en 2030

Los nevados Chicón y Chimboya, ubicados en la región Cusco, desaparecerían en el año 2030 a causa del aumento de la temperatura global y el cambio climático, afirmó el Inaigem.

Los nevados del Chicón, con una altura de 5,330 metros sobre el nivel del mar, y Chimboya, con 5,489 metros de altitud, ubicados en las cordilleras del Urubamba, región Cusco, y La Raya, límite entre Cusco y Puno, desaparecerían en el año 2030 a causa del incremento insostenible de la temperatura ambiental y el cambio climático.

Víctor Bustinza Urviola, jefe de la oficina desconcentrada Macro Región Sur del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), informó que las recientes investigaciones in situ, demuestran una desglaciación acelerada.

El especialista explicó que solo en el nevado Chicón hay un retroceso del 80 % del glaciar y en la cordillera del Urubamba un 70 % desde 1962 “Hace unas semanas hemos estado ahí y vemos que el proceso de desglaciación es súper acelerado, bastante acelerado y es posible que al año 2030 prácticamente desaparezca, o quedará un vestigio muy pequeño”, similar apreciación tuvo del Chimboya.

Sostuvo que la desaparición del nevado tendrá un impacto crítico en la agricultura, básicamente en el Valle Sagrado de Los Incas ya que afectará a agricultores de los poblados de Yucay, Urquillos y Huayllabamba que producen el afamado Maíz Blanco Gigante. “Un agricultor decía, se va el Chicón, se va nuestro maíz blanco gigante de Cusco”, enfatizó.

Bustinza Urviola recalcó que en la región como en el país, hay un evidente incremento insostenible de la temperatura, y factores como el calentamiento global, el cambio climático, que daña todos los glaciares del planeta, pero principalmente los de áreas tropicales, que en este caso se hallan en el Perú.

Si nosotros vemos las situaciones de las 18 cordilleras glaciares del Perú, vemos que todas tienen un acelerado retroceso glaciar, eso va impactar en los medios de vida de millones de personas, pero no solo hablemos del retroceso glaciar, sino de las pérdidas importantes de reservas de agua dulce que son necesarios para el desarrollo del país”, subrayó.

Frente a este retroceso glaciar, el funcionario considera necesario trabajar en los ecosistemas, en temas de siembra y cosecha de agua, afianzamiento hídrico, forestación y reforestación con especies nativas, repoblamiento con especies nativas, de pastos naturales.

“Es la única forma de asegurar en este caso la gestión de la oferta del agua y cuando hablo de la gestión de la oferta de agua en palabras simples, es la gestión del agua de lluvia capturar y lo más que se pueda para que esa agua no se pierda, lo que pasa en la región es que, en enero, febrero y marzo el agua se pierde”, sugirió.

Si la cordillera del Urubamba perdió desde 1962 el 70 % de su glaciar, le siguen a esta la cordillera del Vilcabamba con el 60 % y el Vilcanota con el 50%.