¿Qué pasa cuando tienes frente a ti a un cachorrito?

Lo habitual es que tengas ganas de abrazarlo y cargarlo, ¿pero a qué crees que se deba?

¿Puedes resistir la mirada de un cachorro sin cargarlo o sin tener ganas de abrazarlo? Lo usual es que tengas ganas de hacerlo o incluso uno suele hablarle con una voz aguda y caricaturesca, como si fuera un bebé. ¿Cuál es la causa para que ocurra esto?  ¿Por qué crees que te comportas así?

Uno reacciona como si se tratase de un bebé humano, lo que genera una respuesta instintiva de protección y empatía. Ya que ambos comparten algunos rasgos, como pequeñas nariz, ojos grandes y boca chiquita. A este tipo de apego se le conoce como baby schema y fue propuesta por el ganador del Premio Nobel de Medicina o Fisiología en 1973, Konrad Lorenz.

Al mirar los ojos a un cachorro uno libera una sustancia llamada oxitocina. Este estudio fue realizado por expertos de la Universidad de Azabu (Japón), el cual refuerza el vínculo afectivo entre madre e hijo cuando se miran durante la lactancia.

La oxitocina es una sustancia que conecta a los individuos, puesto que está asociada al sentimiento de pertenencia a un grupo social, las relaciones de pareja y la conducta social.

Un cachorro, para el cerebro, es como un hijo recién nacido. Esta idea está respaldada por un experimento publicado en la revista PLOS One, en el cual se les mostró a madres fotos de sus bebes y de sus perros, en ambos casos se activaron regiones cerebrales asociadas con emoción, afiliación e interacción social.

Al usar, en ciertas ocasiones, una voz en tono alto y emoción exagerada para comunicarse con su perrito aparece un comportamiento sin sentido, pero es todo lo contrario. Un estudio publicado en la Royal Society informa que esta forma de hablar consolida y afianza los lazos entre la persona y el cachorro y hace que este preste más atención.

I.G.V