Con una exhibición única de frutos agrícolas del sol, los habitantes de la comunidad rural de Caritamaya, ubicada en el distrito de Acora, región Puno, dieron la bienvenida al año nuevo Andino, el ritual ancestral de comunión con el sol y la Pachamama (madre tierra) y se celebra en el solsticio de invierno.
Este ritual se desarrolla en el icónico “Waruwarus”, una antigua técnica andina, aún conservada en esta parte del país, como alternativa al desarrollo de la agricultura para contrarrestar los efectos del cambio climático.
Hasta este momento, el gobierno de la ciudad y la gente del distrito de Acora, se han reunido para participar de los primeros rayos del sol, una fiesta mística y popular, de creciente importancia entre los pueblos aimaras y quechuas de la región de Puno.
Según las creencias de los pueblos de los Andes, el 21 de junio es el día de la renovación energética, para ello se reúnen en lugares sagrados, para obtener energía positiva, luego de una larga noche de hielo.
“Para nosotros, hoy es un día muy importante, celebramos el solsticio andino, el sol nos da energía para nuestro buen vivir, luz para nuestros cultivos”, narró Demetrio Mamani Marca, presidente de la comunidad Caritamaya.
Para ellos, Waruwarus, es un lugar sagrado que les brinda alimento, “Hemos tenido una buena cosecha este año, y por eso le estamos agradecidos al Inti Taita”, aclamó ante la puesta de sol y ofrendó las papas que se cosechó en más de 40 hectáreas de Waruwarus, ubicadas en las zonas inundables.
Eventos similares ocurrieron en toda la región de Puno, como el cerro Huajsapata, con la participación del gobernador regional de Puno Germán Alejo, y el alcalde de la Municipalidad Provincial de Puno.
Luego del acto festivo, todas las autoridades se dieron cita en la Plaza Mayor de Puno, y participaron de la ceremonia de izamiento del Wifala, símbolo de identidad de los pueblos descendientes del gran Qullasuyo.
