Ante la preocupación que sienten de contagiarse por el coronavirus, han cerrados sus fronteras.
A raíz de la crisis sanitaria, los pueblos indígenas están alarmados por el abandono del Gobierno, lo que se suma, los problemas en la educación, trabajo y desprotección por las zonas desabastecidas de alimentos y medicinas.
Ante la desesperación de evitar contagios, los pueblos indígenas amazónicos, entre ellos los de Mishkiaquillo, en la región San Martin; Chipe, en Amazonas; y de Monte Salvado, en Madre de Dios, decidieron cerrar sus fronteras para impedir la entrada de foráneos a sus territorios.
Lamentablemente, el sector de salud para los pueblos indígenas, no es eficiente inclusive se siente el abandono y marginación a lo largo de los años, sabiendo que son uno de los grupos más vulnerables ante esta pandemia.
Para la antropóloga Frederica Barclay, del Centro de Políticas Publicas y Derechos Humanos-Perú Equidad, el virus desnuda la falta de servicios de salud para los pueblos indígenas. “No tienen a dónde acudir si llegan a contagiarse. No hay una estructura sanitaria que pueda responder a este problema”, sostuvo Barclay.
En las regiones de Loreto, San Martin, Ucayali, Cusco, Amazonas y Madre de Dios han denunciado que no reciben ningún subsidio ni tampoco alimentos por parte del Gobierno nacional o subnacional.
“Para suplir esta cuarentena, necesitamos víveres, medicina, agua, combustible y más controles en las fronteras para no ser contagiados con el virus”, sostiene Teolinda Coquinche, vive en la comunidad de Copal Urco, en la provincia loretana de Maynas.
E.F.G.B.
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