La levadura, un elemento esencial para sectores como la panadería y gastronomía, es en realidad un microorganismo que ya era utilizado por los egipcios para su aplicación en la masa de sus panes mucho antes de ser descubierta y categorizada como un hongo unicelular.
En ese sentido, una de sus variantes con potencial en aceites efectivos para la elaboración de biodiésel fueron aislados por investigadores de la Universidad Nacional de Trujillo, en la región de la Libertad, con el objetivo de encontrar una alternativa para reemplazar el combustible fósil tradicional y contaminante.
En las inmediaciones del bosque de Porcón, en la región Cajamarca; y la cuenca del río Chicama, La Libertad, fueron los lugares escogidos para la realización del proceso de aislamiento de estos peculiares microorganismos, como parte del proyecto “Aislamiento, secuenciamiento y ensamble de cepas de levaduras con elevada capacidad de producción biodiésel” liderado por el decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNT, Víctor Javier Vásquez Villalobos, como investigador principal, quien es reconocido por ser el creador de la primera patente que obtuvo la UNT ante el Indecopi en el 2021, denominado “Tanque reactor para transesterificación”, que busca reducir la contaminación ambiental.
Características Únicas
Vásquez indicó que, tras recorrer las cuencas de los ríos Moche, Santa, Chicama y Jequetepeque, se toparon con estas levaduras cuya interesante característica se encuentra en su capacidad para acumular aceites o grasas en su biomasa en un 20%, lo cual les permitiría ser usados como oleoquímicos o biodiésel.
“Estas levaduras pueden ser una alternativa a futuro, por eso, ahora nuestra proyección es estudiar los costos y tecnologías para determinar la posibilidad de ser utilizado como biocombustible. Además, que la investigación no puede quedar ahí, tiene que ir con alternativas de solución”, remarcó Vásquez.
Las muestras de levaduras se procesaron en el Laboratorio de Biomoléculas de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNT, donde fueron identificadas genéticamente y su ADN celular fue extraído y decodificado con técnicas de secuenciamiento avanzado y ensamblado, usando bioinformática con computadoras de alto rendimiento.
En esa línea, resaltó que el biodiésel que se produce en nuestro país es con palmas aceiteras del Alto Huallaga y que debido a la insuficiencia en cuanto a la capacidad de producción a nivel nacional, es necesaria la importación del producto. En ese marco, Vasquéz subrayó la importancia de la legislación peruana en materia de combustibles y la concordancia con acuerdos internacionales donde se permite el reemplazo del combustible diésel por biodiésel en un 5% con una proyección de hasta el 20%.
Colaboración Científica
El proyecto se ejecuta con la Universidad Federal de Viçosa (Brasil), que se encargó de capacitar en temas de aislamiento, secuenciamiento y ensamble genético, a tres estudiantes de Ciencias Biológicas y Ciencias Agropecuarias de la UNT, quienes realizaron una estadía en dicho país y luego retornaron al Perú para replicar lo aprendido al equipo de trabajo correspondiente.
Finalmente, El equipo de investigación está integrado por estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de Trujillo y la Universidad Federal de Viçosa (Brasil). Ellos son Angely Meryl Hidalgo Arteaga, Bertha Soledad Soriano Bernilla, César Alexander Méndez Polo, Leylan Aracelli Mercedes Chávez, Roxana Beatriz Sosa Becerra y Wendel Batista da Silveira.
