Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo
Periodista: Reg.-N°. -4654-
Estamos a pocos meses de las elecciones generales en nuestro país. La escena política coyuntural está plenamente desacreditada, originado por los diversos partidos políticos y, “Aventureros lumpen de movimientos políticos” que, carecen de ética y moral, en otras palabras, llamadas: BAZOFIA. De otro lado, los poderes del Estado, el Congreso de la República, el Ejecutivo, el Poder Judicial, el Ministerio Público, o Fiscalía, y otros entes; como el Jurado Nacional de Elecciones, JNE, La Oficina Nacional de Procesos Electorales, ONPE, se mueven acorde a sus intereses particulares crematísticos, y evidencian en -NO- garantizar unas elecciones limpias e impolutas, y actualmente con más razón, por mantener inútilmente la estúpida soberbia de la supremacía de sus funciones laborales, que crean una pugna entre ellos, y que por ahora parece irreconciliable.
Ante estos antecedentes nefastos mencionados, confundirán más, y por consiguiente perjudicarán al electorado peruano en el año 2026. A ello se suma la crisis social, como: La inseguridad ciudadana, la minería ilegal, la corrupción sistemática que, es galopante en nuestro país, mientras que el gobierno de la señora Dina Boluarte Zegarra, vive en un sueño de opio como toda comunista añeja, que ansía agarrar la mano de los países desarrollados; obviamente, que antes de asumir a la presidencia, tal luchadora social falsa, despotricaba con su ideología vetusta e híbrida a los estados adelantados. Mientras; la extrema pobreza crece a pasos agigantados generado por su gobierno irresponsable, ausente de un plan de gobierno que debería de amalgamar a las vigas rectoras para conducir un Estado.
Todo lo esgrimido, me conlleva a opinar que las elecciones generales de 2026, es incierto y catastrófico, comenzando por los “43 partidos políticos” inscritos en el JNE, (Nunca en la historia republicana se ha visto tremendo grueso de partidos que participan). Hay muchas interrogantes. ¿El JNE, estuvo a la altura de corroborar, o cruzar informaciones con el ente de la Reniec, dado a que, habrían obtenido su inscripción con firmas falsas, los 43 partidos políticos? En lo particular, y con el desprestigio del JNE, oleado y sacramentado por el inefable, Salas Arenas, y su séquito de infelices, no le doy ni un ápice de credibilidad. Este proceso electoral nos puede encaminar a un fraude si nos se resuelven a tiempo esta fase. Ya existirían artimañas en el subliminoso JNE.
Irrebatible, y evidente el comportamiento espeluznante de los congresistas, jueces, fiscales (Hay poquísimas excepciones honrosas) los que representan a los poderes del Estado. La ciudadanía no es boba, estos representantes de los mencionados poderes, supuestamente pertenecen a Organizaciones Criminales, llámesele, narcotraficantes, minería ilegal, u otras actividades delictuosas. Sus patrones de comportamiento lo delatan. ¿A alguien obedecen?, no hay duda, presumo.
Amables lectores, ¿se imaginan ustedes, los flamantes Diputados y Senadores fungiendo de políticos en Julio de 2026? Sería presuntamente una asquerosidad que denigraría la majestuosidad del Congreso de la República. Asimismo, se encaminan, el Ejecutivo, Poder Judicial, y el Ministerio Público. Cabe resaltar que hay excepciones honrosas, pero pocas, pero los hay.
Perú es un país bendecido por sus Recursos Naturales ¿Pero de qué nos sirven los recursos como: La minería, la pesca, la agricultura si supuestamente vamos hacer gobernado por la mayoría de una organización criminal, que cada 5 años se presentan para postular a las elecciones generales, después, son anónimos que se desintegran en los desiertos infértiles.
La responsabilidad les cae a los partidos por no ejercer -docencia política-. De los movimientos políticos, solo los defino, y expectoro; como un bodrio, lumpen.
Que Dios no coja confesado, lo que se viene con las elecciones de 2026…hum, no garantiza legalidad y legitimidad por su mismo proceso electoral.