Al presidente Vizcarra, tuvo un escándalo: la publicación de que el entonces ministro de la Producción, Daniel Córdova, le propone a pescadores la “cabeza” de su viceministro de Pesca y Acuicultura, Héctor Soldi, para eludir un paro. Así, Raúl Pérez-Reyes juró el 30 de abril como titular de ese portafolio, luego de la ida de Córdova, quien solo estuvo 22 días en el cargo. Sin embargo, el 2 de mayo el gabinete Villanueva obtuvo la confianza del Legislativo.
Uno de los momentos más críticos sobre los 100 días se dio con el anuncio del incremento del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a los combustibles, licores, gaseosas, cigarrillos y autos, una decisión que gustó a muy pocos.
En ese momento, se reforzaron las discrepancias con la bancada de PPK, después se que el mandatario sustituya que Mercedes Aráoz, cuando era premier, le solicitó que renunciara si Kuczynski caía en el segundo pedido de vacancia. Fue en ese instante que Vizcarra se reunieron con su bancada, para limar asperezas.
Posteriormente, a mediados de mayo, se consiguió la aprobación de las facultades para acelerar la reconstrucción y promover la economía; pero otro escándalo sacudió al Ejecutivo: la dimisión de David Tuesta al Ministerio de Economía y Finanzas, una reacción a la decisión gubernamental de devolver parte del ISC por el combustible a camioneros y transportistas interprovinciales, quienes intimidaban con un paro. Carlos Oliva juró en su cambio el 8 de junio.
La aceptación de la ley que prohíbe la difusión de publicidad estatal en medios privados, llamada por Vizcarra “Ley Mordaza”, poniendo de nuevo en el mismo lado a la bancada oficialista y el Ejecutivo; pero esta sintonía se perdió luego de que el presidente se juntara con los congresistas de esa bancada procedentes del interior del país, dejando a los “limeños” relegados.
Días después, el jefe de Estado convocó esta vez a todos los oficialistas, quienes ahora esperan que este clima continúe durante los siguientes tres años.
Ahora, la relación con el fujimorismo, pese a algunas burlas, sigue siendo positiva y parece encaminada a mantenerse así.
En Contra
El Decano de la Facultad de Economía de la UPC, Carlos Adrianzén; “No ha hecho nada. En este momento, el Gobierno de Martín Vizcarra deja la impresión de que lo único que quiere es llegar al 2021, para la foto”, manifestó su desacuerdo. Según él afirma que, más allá de haber logrado facultades legislativas, en materia económica no tienen nada que mostrar. “Ellos creen que (la clave) es elevar impuestos”.
El economista Adrianzén cree que el salto de incremento de 7% del PBI (entre el mes de abril del 2017 y abril del presenta año) no es una guía de real reactivación de la economía nacional.
“Es solo un rebote parcial y básicamente estadístico que no a volver a reincidir, lastimosamente”, aseguró. Asimismo, agrega que el presidente Vizcarra está “desaprovechando el bono” es decir, “el desgaste del Legislativo”.
A su criterio, lo más apropiado que ve en materia económica es que el Gobierno ha sostenido la independencia del Banco Central de Reserva, entidad que -en su opinión- está obteniendo mantener baja la inflación.
A Favor
Según el investigador principal del Grade (Grupo de Análisis Para el Desarrollo), Hugo Ñopo Aguilar, aclara sobre un enfoque contrario al de Adrianzén. Lo crítico -a su juicio- para promover la economía “es ascender la recaudación. Entonces, el mayor desacierto ha sido retroceder en el esfuerzo para incrementar la recaudación”, manifiesta en referencia a la deserción del exministro David Tuesta.
Su enfoque en materia económica del país es positivo. “La economía se está moviendo bien. Este incremento de abril 7,8% (cifra de abril) es alto, repentino, eficaz. Eso está muy bien. Pero no basta con que crezca; es importante recibir bien. Sin duda, ahí está nuestro reto”.
Juan Carlos Valdivia, analista político en estos cien días del gobierno “una gestión conversada” entre el Ejecutivo y la mayoría legislativa. “Con Vizcarra, hay una relación distendida y conversada con el keikismo”, señala. Ve, así un énfasis especial en el tema de la descentralización, sobre todo presupuestal. “Creo que en ese esquema vamos a ver, a finalizar el año, si está erróneo o no, porque la gestión de los gobiernos regionales siempre ha estado en duda. Esperemos que no sea plata mal gastada”.
Por ende, observa que el gobierno en estos cien días no ha sido evidente una “propuesta hacia los próximos tres años”. Se describe a una gran oferta seria, una proposición de hacia donde ir. “Creo que eso le falta plasmar. En qué posición vamos a estar en el 2021, el bicentenario, y qué cosa va a ayudar a transformar él en estos tres años”. Acepta que es bueno conversar, pero “no hay un norte, estamos flotando. Gobernar no es flotar; o sea, navegar no es flotar. Tenemos que ir a un rumbo. ¿Hacia dónde estamos yendo? Flotar es bueno porque no nos hundimos; es malo porque no avanzamos”.
Finalmente, piensa que la política recaudadora de Tuesta estaba generando incertidumbre en el marcado. “Hoy hay que esperar que Oliva, un profesional serio, inteligente, le ponga los parámetros de hacia dónde vamos”.
J.L