El último estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) que revela el incremento de la pobreza monetaria en el país sacó a la luz la realidad de los pueblos del Perú, en especial de las regiones. Cusco en un claro ejemplo.
En la histórica región rica en gas natural, cuatro de cada diez personas son pobres. Viven mensualmente con 338 soles. Por otro lado 70 mil personas aproximadamente “habían dejado de ser pobres” en años anteriores; sin embargo, “volvieron” a su condición de pobres, monetariamente hablando.
El coordinador académico de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Rafael Vargas Salinas, dijo que si también se consideraran otros aspectos como la falta de acceso a salud, agua, educación, vestido, el número de pobres se multiplicaría por tres en zonas rurales. A eso se le conoce como pobreza multidimensional.
El economista José Orós refiere que si las cosas no cambian, la pobreza multidimensional irá creciendo entre 1 % y 2 % anual.
Corrupción como causante
«Cada cierto tiempo, llega gente de la región para hacernos encuestas sobre qué necesitamos y después no hacen ninguna obra», manifestó Martín Yucra Luna, un poblador de la comunidad de Lauramarca que vive en condiciones precarias.
Para él y otros pobladores, la corrupción y la indiferencia de sus autoridades son los causantes de sus miserias.
La inversión del Estado en sus tres niveles de gobierno (Ejecutivo, Gobierno Regional y municipalidades) desde el 2004 hasta la fecha ha sido de 80 mil millones de soles; sin embargo, no se sabe cómo se ha manejado este presupuesto que no se refleja en la población
Para Vargas Salinas, el mal uso del canon gasífero y minero se refleja en obras que no han servido en nada o que no eran prioritarias: estadios, plazas de toros, palacios municipales, piscinas.
Dos ex alcaldes de Echarati (Elio Pro y José Ríos) están buscados por la justicia por haber malgastado el dinero. Y hace poco, la Contraloría detectó que el alcalde de Chumbivilcas, David Vera, quiere construir 279 colegios con una inversión de S/4 998 175.68 cuando existen 11 instituciones que no cuentan con suministro de energía eléctrica y 243 carecen de servicios de telefonía e internet.
Desnutrición y anemia
A finales del 2016, el 98 % de niños de Calacocha eran anémicos, según la medición hecha por la ONG Suyana. Es improbable que la situación haya cambiado el año pasado. A nivel regional, 55 de cada 100 niños sufren de anemia.
Según la OMS, cuando ese índice supera el 40 %, hay un problema de salud pública. La desnutrición crónica infantil en menores de cinco años asciende a 13.4 %. En Quispicanchi es de 27.4 %.
Para Diana Paravecino, directora de la institución educativa 50541 de Calacocha, la anemia se debe a la mala alimentación que perciben los niños. Por ejemplo, el desayuno de sus alumnos consiste en agua azucarada con pan o papa sancochada. “Los niños viven abandonados por sus padres. Duermen, despiertan y vienen al colegio con la misma ropa. Y así durante un mes”, refiere.
La delgadez y la baja estatura que se aprecia en los infantes son muestras claras que padecen de anemia y desnutrición. Sin embargo, el INEI decidió que Ocongate quede fuera de los distritos más pobres y, por ende, se suspendió el almuerzo escolar. Esos males impiden su rendimiento académico. Si aprenden a sumar un día, al día siguiente lo olvidan. “Su nivel de aprendizaje apenas llega a la mitad de lo que registran los niños de las zonas urbanas”, explicó el docente Juan José Arque.
C.Q.R.