La destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka la madrugada de este martes fue una «acción premeditada del régimen de Kiev» que «se planificó con antelación», declaró este miércoles en rueda de prensa la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, denunciando que el ataque equivale a un acto de terrorismo.
«Durante el último mes el nivel de agua en la represa de Kajovka se elevó artificialmente de 14 a 17,5 metros, según señala el portal hidrológico francés. No, no es la mano del Kremlin, son las estructuras de monitoreo occidentales en los que Occidente debe confiar», afirmó la funcionaria, quien denunció que «justo en la víspera del ataque» Kiev ordenó verter más agua a la represa de Kajovka desde la estación hidroeléctrica de Dniéper.
Como resultado, diez horas después de la destrucción de la represa de Kajovka, el nivel de agua no solo no baja, sino que va en aumento. En ese sentido, Zajárova llamó la atención sobre las declaraciones del general ucraniano Andréi Kovalchuk a The Washington Post, realizadas en diciembre del año pasado, en las que habló sobre «un ataque de prueba» de Kiev contra una compuerta de la represa de Kajovka «para hacer un orificio y ver hasta qué grado subirá el nivel de agua» en el río.
Kovalchuk detalló que los militares ucranianos utilizaron un complejo HIMARS, proporcionado por EE.UU., en un intento de elevar el nivel de agua del río Dniéper, que atraviesa por la central hidroeléctrica. «La prueba fue un éxito», confesó.
Dirigiéndose al portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, a la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, y a los demás responsables de las comunicaciones en Washington, Zajárova preguntó si estaban al tanto de ello y si sabían cómo se utilizan las armas suministradas a Ucrania «a cuenta de los contribuyentes estadounidenses».
«¿Sabían ustedes que el armamento estadounidense se emplea para llevar a cabo pruebas piloto para cometer un atentado terrorista contra infraestructura civil en terceros países?», preguntó la vocera de la Cancillería rusa. «Es imposible no percatarse de ello, lo publicó un periódico estadounidense hace medio año», agregó, exigiendo respuestas del Gobierno de EE.UU.
El ataque a la hidroeléctrica de Kajovka la madrugada de este martes causaron rupturas en la represa e inundaciones masivas en ambos lados del río Dniéper provocando evacuaciones a gran escala en la zona. En la provincia de Jersón se decretó el estado de emergencia por el desastre.
Vladímir Putin calificó el ataque como una «acción bárbara» y «una apuesta peligrosa en la escalada de las hostilidades», acusando a Kiev de cometer «crímenes de guerra» utilizando «abiertamente métodos terroristas» y organizando «sabotajes en territorio ruso».