Periodistas al unísono: ¡Fuera, Ley de Mordaza!

Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo
Periodista: Reg.N°.-4654-


El Pleno del Congreso de la República aprobó el último jueves, 04/05, en primera votación y por mayoría, el dictamen que señala un aumento de penas a los delitos de difamación y calumnia en Medios de Comunicación. Aprobar un proyecto como el referido, se constituiría en un recorte a la libertad de prensa, asimismo -SUBRAYO- impulsar un proyecto contra los periodistas carece de Lógica Jurídica. En un intento de defenderse del periodismo considero un abuso de poder por parte de quienes lo ostentan.

La votación de la polémica iniciativa tuvo un apresuramiento, que debió poner orden el presidente del primer Estado, José Williams Zapata, porque no permitió su respectivo debate y fue casi en el último tramo de una discusión de temas en su mayoría intrascendentes. El Pleno sin debate aprobó una nueva “Ley Mordaza” que eleva de dos a cuatro años de cárcel la pena por difamación, y pone una espada de Damocles sobre los periodistas que podrían terminar tras las rejas como represalia a sus incómodas denuncias e investigaciones. 69 congresistas, extremistas y radicales, tendrán que dar muchas explicaciones a la opinión pública, en especial a sus votantes.

Hay que recordarles a estos 69 congresistas que votaron a favor de la “Ley de Mordaza” que la democracia es el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho de este a elegir y controlar a sus gobernantes; por ende el periodismo es libre, el pilar de la democracia y una de sus funciones básicas y más urgentes que los ciudadanos le demanda es la de ser “watch dogs” -en frase de Walther Lippmann, un clásico de la teoría de la comunicación- de las instituciones políticas, empresariales y sociales, y de los derechos de las personas frente a los individuos y grupos que disfrutan de determinadas parcelas del poder.

En el Perú existe libertad de prensa y, si bien se han cometido abusos es porque hay periodistas “mermeleros, comprados y guaripoleras” en el llamado “cuarto poder” no se puede negar que, gracias a los informes de los muchos periodistas de investigación objetivos y veraces, nos ha sido posible conocer la corrupción al más alto nivel durante los últimos gobiernos, como también los oscuros contubernios del poder político y empresarial, como es el caso Odebrecht.

Peruanos no hay que ser mezquinos y no olvidemos el rol de la prensa independiente para desenmascarar los abusos y excesos de los expresidentes que ahora están en prisión, porque solo sacando a la luz los delitos cometidos por el poder contra la confianza obtenida de los ciudadanos es como se empieza a hacer justicia que tarda, pero llega.

El ciudadano peruano cuenta con una prensa que es plural, en lo que a principios editoriales se refiere. Puede escoger entre un espectro que va, desde quienes tienen un marcado sesgo de izquierdas, hasta los de derecha liberal o conservadora. Por otra parte, si bien el poder mediático influye en la opinión pública, no tiene la última palabra en las decisiones ciudadanas, para ejemplo, recordemos el respaldo de los medios al candidato Vargas Llosa, en desmedro de Fujimori, elecciones que ganó este último.

Hace dos décadas el ciudadano se informa en las redes sociales que son “competencia” de la prensa tradicional y, si bien esta prensa en todo el mundo ha accedido a ocupar un lugar en ellas, son muchos los buenos periodistas que se han independizado y han fundado sus propios portales que son exitosos por el buen contenido que ofrecen producto de las investigaciones que realizan.

Por ello pretender cortar las alas a la libertad de expresión, información y opinión de manera punitiva, no es el camino ni lo ha sido nunca. A las instituciones políticas, empresariales y sociales que deben rendir cuentas a los ciudadanos, les conviene saber que el ojo público es cada vez más poderoso, porque todo aquello que se pretende hacer en la oscuridad siempre va a salir a la luz; por algo el periodismo está considerado como el -CUARTO PODER DEL ESTADO-

Lamentable que, la comprensión del rol de la comunicación en la construcción de la sociedad no ha llegado al Perú, siempre leguleyo. Señores aún Congresistas dejen sus intereses subalternos; cero leyes mordaza, transparencia, y buena voluntad de diálogo.