A pesar de que el presidente Pedro Castillo se encuentra siendo investigado a través de una sexta carpeta fiscal que lo implica en presuntos actos ilícitos, las mediciones periódicas del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) reflejan que la aprobación del mandatario sigue un incremento constante.
Según un sondeo de opinión publicado el 28 de agosto por IEP, la aprobación de Castillo Terrones comenzó a aumentar de 24% a 29%, cinco puntos porcentuales que, según su condición de investigado por la Fiscalía, parecen una gran cifra. Solo en el mes anterior, de junio a julio incrementó de 19% a 24%. Un total de 10% en dos meses de periodo que trazan una discordancia con su situación actual.
Los factores para entender este contexto son distintos. Según especialistas entrevistados en el diario “La República”, la lucha por la supervivencia y querer mantenerse en el poder parecen haber reforzado a Pedro Castillo, quien, al parecer, halló fortalezas al vivir estos momentos.
El análisis del politólogo Roger Santa Cruz es que la situación delicada que pasa el mandatario hizo que regresará a sus raíces para así reencontrarse con las gremiales y bases provinciales: “Han obligado al presidente a asumir nuevamente un rol más de candidato político, algo que se le da muy bien y ha fortalecido sus niveles de representación. Esta lucha por la supervivencia también lo fortalece porque polariza sectores encontrados de la población. Su estrategia ha sido volver a esa dicotomía: Lima-provincias”.
En esa línea, al presidente Pedro Castillo le funcionó la estrategia de juntar a las bases gremiales entorno a Palacio de Gobierno. En estas últimas semanas, se vio a extensas comitivas de dirigentes de las rondas campesinas, bases sociales regionales, trabajadores mineros, metalúrgicos, entre otros, reunirse con el jefe de Estado: “Sí, lo que sucede es que Castillo está volteando nuevamente la mirada hacia los sectores que le brindaron su respaldo para ganar las elecciones del año pasado y en cuanto está recogiendo propuestas, está generando esas sensaciones de acercamiento”.
Asimismo, Jorge Luis Ramos Salinas, sociólogo y analista político, explica que el presidente es consciente que al dejar la presidencia deberá enfrentarse al Poder Judicial, por lo que permanencia en el puesto se convierte en un ejercicio de supervivencia.
“Castillo sabe que no tiene salida. Imaginémonos que fuese inocente, lo cual parece poco probable. Él sabe que está perdido, los odios que concentra son enormes y eso viene de la gente más poderosa del Perú. Sabe que, cuando deje la presidencia, lo que le espera es la cárcel y todo lo que hace está encaminado a que eso no ocurra. Lo primero es no dejar la presidencia el mayor tiempo posible. En tanto, lo segundo es que, cuando tenga que hacerlo, un asilo político le sea lo más sencillo”, comentó Ramos.
Karla Villegas Gonzales
