La tragedia que sacudió a Marruecos, no sólo reveló la fuerza devastadora de la naturaleza sino también el carácter indomable y unido de la nación marroquí. En medio de una situación sin precedentes, que dejó miles de muertos y heridos y una destrucción material inimaginable, la respuesta del Reino de Marruecos para afrontar los caprichos de la naturaleza fue inmediata y determinante.
Es así que, a pocos días después de la tragedia, S.M Mohammed VI, Rey del país norte africano, con su innata capacidad de liderazgo, presidió el 14 de septiembre, una crucial reunión, la segunda en su género, para activar el Programa de Urgencia para el Realojamiento de los Siniestrados y la atención a las categorías más afectadas por el seísmo. Esta medida no solo evidencia el compromiso de Marruecos con la acción efectiva, sino también su profundo sentido de responsabilidad hacia las víctimas.
Esta primera versión del Programa de Realojamiento está orientada a unas 50.000 viviendas total o parcialmente derrumbadas en las cinco provincias afectadas, y consiste, por una parte, en acciones urgentes de realojamiento temporal, en particular mediante fórmulas de alojamiento adaptadas, in situ, y en estructuras diseñadas para resistir al frío y a las intemperies; o en lugares de acogida equipados con todas las comodidades necesarias ; y por otra , el Estado concederá una ayuda urgente de más de 3000 dólares (US) a las familias concernidas.
El “Paquete de ayudas” consiste, por otra parte, en medidas inmediatas de reconstrucción, que se llevarán a cabo tras las operaciones preliminares de peritaje y los trabajos de preparación y estabilización de los terrenos. Para ello, se ha previsto una ayuda financiera directa de 15000 dólares (US) para las viviendas totalmente derrumbadas, y de 9000 dólares (US) para cubrir las obras de rehabilitación de las viviendas parcialmente destruidas.
En dicha reunión, se insistió también en la necesidad de que la operación de reconstrucción se lleve a cabo sobre la base de un Pliego de Condiciones y bajo una supervisión técnica y arquitectónica que estén en armonía con el patrimonio de la región, y que la respuesta sea enérgica, rápida y voluntarista, respetando al mismo tiempo la dignidad de los habitantes, sus costumbres y su patrimonio.
Este programa polifacético movilizará principalmente los recursos financieros propios del Estado y de los organismos públicos, y estará también abierto a las contribuciones de los actores privados y de las asociaciones, así como de los Países hermanos y amigos que lo deseen, a los que Su Majestad el Rey reitera, en esta ocasión, el más sincero agradecimiento del Reino de Marruecos.
En medio del dolor, la situación de los niños huérfanos por la tragedia no ha sido olvidada. En un giro de profunda empatía, se ordenó que se les otorgue la atención inmediata y que sean censados para que se les conceda el estatus de Pupilos de la Nación. Además, se está avanzando en una Ley para facilitar su adopción, garantizándoles un futuro estable y protegido.
Conviene subrayar que, a través de la visión y la acción de su Majestad, Marruecos demuestra, una vez más, la resiliencia que le ha caracterizado siempre, permitiéndole afrontar las pruebas y los desafíos con fuerza, sabiduría y determinación, gracias, en primer lugar, a la fortaleza de sus Instituciones y a la solidaridad y generosidad de su pueblo.