El papa Francisco demostró hoy más que nunca su solidaridad y hermandad con los pobladores de Trujillo, ante los desastres que ocasiono el niño costero en enero del año pasado.
En el discurso que daba el Papa Francisco, en la playa de Huanchaco, dijo a los pobladores del norte, al igual que los apóstoles, “conocen la bravura de la naturaleza y han experimentado sus golpes”.
“Sé que, en el momento de oscuridad, cuando sintieron el golpe de El Niño, estas tierras supieron ponerse en movimiento y tenían el aceite para ir corriendo y ayudarse como verdaderos hermanos. Estaba el aceite de la solidaridad, de la generosidad, que los puso en movimiento y fueron al encuentro del Señor con innumerables gestos concretos de ayuda”, indicó.
Después de estas palabras explicó, así como los apóstoles enfrentaron la tempestad sobre el mar “A ustedes les tocó enfrentar el duro golpe del Niño Costero”, cuyas consecuencias dolorosas todavía están presentes en tantas familias, especialmente aquellas que todavía no pudieron reconstruir sus hogares”.